Inversión millonaria
El submarino español S-80 de Navantia se la juega ante el alemán Tipo 214 en la India
Estos son los puntos fuertes y las debilidades de cada uno de los dos modelos.
India está enmarcada en uno de los mayores programas militares de su historia: la compra de seis submarinos P75I, para lo cual lanzó un concurso al que se presentó la española Navantia, de la compañía local Larsen & Toubro, con la que firmó un acuerdo de colaboración (‘teaming agreement’) con el fin de presentar conjuntamente una oferta técnico-comercial para el programa, que requiere que cada licitador indio se asocie con un colaborador extranjero. Una de las condiciones es que los sumergibles sean convencionales y equipados con propulsión independiente del aire (AIP), junto con repuestos, simuladores, elementos de apoyo en tierra, formación y transferencia de tecnología (ToT).
Valorado en más de 4.800 millones de euros, se trata del mayor proyecto de adquisición en el ámbito de la defensa. Le seguirá un contrato de mantenimiento del ciclo de vida de 30 años por un valor similar.
Al concurso, lógicamente, se presentaron los principales astilleros del mundo capaces de construir submarinos con esta tecnología. Pues bien, ya solo quedan dos contendientes: España y Alemania.
El primero compite con el modelo S-80 del que Navantia está a punto de entregar su primera unidad a la Armada española, y el segundo oferta el Tipo 214 de Thyssenkrupp Marine Systems (TKMS), que ya presta servicio en varias marinas de guerra.
A este proceso también han concurrido contendientes como la rusa Rubin, con el submarino Amur 1650; la coreana Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering (DSME), ofertante de la clase Chang Bogo, diseñada sobre la base del Tipo 209 alemán, y la francesa Naval Group, fabricante de los Scorpene con los que la India ya se está equipando fruto de un programa anterior, y que el año pasado se retiró, pese a considerarse una de las favoritas.
El portal especializado Navy Recognition compara las dos opciones en la mesa y destaca algunos puntos. Uno de ellos hace referencia al desplazamiento de los submarinos. Mientras el S-80 desplaza en superficie 2.200 toneladas repartidas en poco más de 80 metros de longitud, el Tipo 214 se queda en 1.700 toneladas y en apenas 65 metros. De este modo, el modelo español cuenta con mayor espacio para acomodar sus sistemas y la propia tripulación, una ventaja importante en una plataforma donde cada metro es esencial, aunque esto podría obtenerse a costa de una firma acústica potencialmente mayor. De ahí que el de Navantia pueda acoger a 32 tripulantes, mientras su competidor se queda en 27.
La propulsión del submarino alemán está en manos de un sistema diésel-eléctrico movido por dos motores diésel y cuenta con un AIP basado en pilas de combustible de hidrógeno de Siemens. Entre tanto, el S-80 basa su desplazamiento a tres motores diésel y contará con un sistema AIP con procesadores de bioetanol.
Del desempeño de estos sistemas propulsores saca ventaja la oferta alemana por su velocidad y alcance: 20 nudos sumergido y hasta 12.000 millas de recorrido máximo en superficie a ocho nudos. Mientras que el S-80 se queda en 19 nudos bajo el agua y 8.000 millas de alcance en superficie, también a ocho nudos.
Armas y firma acústica
El análisis recoge también las diferencias en armamento:
- El Tipo 214 cuenta con ocho tubos lanzatorpedos de 533mm por los que, además de torpedos, se pueden lanzar misiles antibuque y minas.
- El S-80 cuenta con seis tubos del mismo calibre y una capacidad similar de portar armas.
Para pasar lo más desapercibidos posibles, los dos submarinos cuentan con reducidas firmas acústicas. Y en cuanto a sus capacidades de detección, la fuente otorga una cierta ventaja a la oferta germana, por la avanzada tecnología de sonar con la que está equipada. Si bien se contrarresta en la opción española por su diseño de casco y sistema de sónar de última generación.
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