
Día de las Fuerzas Armadas
Tenerife se rinde ante el Rey y los militares
Miles de ciudadanos ovacionan a Don Felipe y Doña Letizia en el último desfile en el que los "culopollo" de la "Patrulla Águila" han pintado la bandera de España en el cielo
Cientos de personas han salido hoy a las calles de Santa Cruz de Tenerife para recibir a los militares. Y es que hacía 22 años que la ciudad no albergaba el acto central con motivo del Día del Día de las Fuerzas Armadas y los vecinos tenían ganas, sobre todo porque en aquella ocasión, en 2003, los actos se redujeron al mínimo porque cinco días antes tuvo lugar el trágico accidente del Yak-42.
Esas ganas se notaban en las caras de los ciudadanos, que horas antes de que diese comienzo ese acto central de esta festividad castrense ya aguardaban, bandera en mano, a lo largo de todo el recorrido, eligiendo el mejor sitio de la Avenida de la Constitución para no perderse detalle y ver de cerca tanto a los más de 3.200 militares y guardias civiles como a los numerosos medios que iban a desfilar ante ellos. De nuevo, como ocurre en todos estas celebraciones, los más pequeños han sido los que más han disfrutado de esta jornada de comunión entre los uniformados y la sociedad a la que sirven. Y si el día anterior, en Las Palmas de Gran Canaria, se vivió un estreno, el del submarino "Isaac Peral" por primera vez participando en una revista naval, hoy se ha vivido una despedida, la de los aviones C-101 de la "Patrulla Águila", pues han pintado por última vez en un desfile la bandera española en el cielo.
Eso sí, en esta ocasión, la ubicación de la parada militar, más alejada de edificios de viviendas que en años anteriores, ha deslucido algo más la celebración y el número de personas, ya que lo habitual es ver a los ciudadanos llenando los balcones engalanados con la enseña nacional. Los había, pero menos. Aun así, la convocatoria de este año en el archipiélago ha sido un éxito y un baño de masas tanto para los uniformados como para los Reyes.
Robles "escapa" de los abucheos
La que se ha "escapado" de los abucheos ha sido la ministra de Defensa, Margarita Robles (la única representante del Gobierno, junto al del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que asiste a este acto, ya que el presidente nunca suele acudir), quien ha accedido a la zona de la tribuna de autoridades de una forma discreta sobre las 11:15. Eso sí, para evitar cualquier insulto, los ciudadanos habían sido ubicados a más de cien metros del lugar y únicamente se les ha permitido acercarse cuando las autoridades han abandonado la zona. Y es que en años anteriores, como el pasado en Oviedo o el anterior en Granada, fue recibida con gritos de "fuera" y silbidos. De hecho, tampoco ha concedido la habitual entrevista previa a TVE.
Robles ha charlado distendidamente junto al presidente canario, Fernando Clavijo, y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Teodoro Esteban López Calderón, esperando la llegada de los Reyes, que han hecho su aparición a las 11:30. No hubiese hecho falta anunciar su entrada, ya que los aplausos y vivas del público, que llegaban a la zona de las tribunas como una ola, servían de aviso para los despistados. Esta vez, eso sí, no han estado escoltados por los caballos de la Guardia Real.
Tras el himno y los saludos protocolarios a las autoridades, Felipe VI (vestido con uniforme de la Armada) ha pasado revista al batallón de honores antes de subir a la tribuna de autoridades, dando así comienzo a esta parada militar, que tiene lugar en una comunidad, Canarias, asfixiada por el drama de la inmigración y la batalla política por el reparto de los menores que acoge.
La bandera, desde el cielo
Pero la jornada de hoy era para el disfrute de los ciudadanos y tocaba mirar al cielo, desde donde han descendido tres miembros de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA), portando una bandera conmemorativa de X aniversario de la proclamación de Felipe VI y la española. Asombro en las caras ciudadanas y muchos aplausos en cuanto han tomado tierra frente a la tribuna real.
Esa ha sido la enseña que se ha izado en un mástil bajo los acordes del himno nacional y ante la que, acto seguido, Felipe VI, como capitán general de las Fuerzas Armadas, ha depositado una corona de laurel como parte del homenaje a los que dieron su vida por España.
Se trata del momento más emotivo de estos actos y, como ocurre siempre, se ha podido ver al Rey cantar, junto al resto de efectivos, "La muerte no es el final". Tras esto, silencio casi sepulcral, respetado por todos los asistentes y solo acompañado por los acordes del toque de oración.

Última pasada de los "culopollo" en un desfile
Esa calma la ha roto el rugir de los motores de siete aviones que por última vez volarán en un Día de las Fuerzas Armadas o en el de la Fiesta Nacional pintando los colores de la bandera de España en el cielo: los C-101 de la “Patrulla Águila”, que se jubilan y serán despedidos oficialmente la semana que viene en San Javier (Murcia). El próximo 12-O, los encargados de esta pasada serán los "Pilatus", que comenzarán a practicar tanto esta exhibición como otras acrobacias con el objetivo de convertirse en el avión oficial de esta unidad que cumple 40 años.
Aún con humo de colores en el cielo, arrancaba el desfile aéreo y los asistentes no han agachado la cabeza en ningún momento. Sobre ellos han pasado, entre otros, cazas Eurofighter, F-18, "Harrier"y helicópteros como los colibrí de la Patrulla acrobática "Aspa" o los SH-60 de la Armada. En total, 45 aeronaves han participado en esta jornada, reduciéndose su número por culpa de las nubes. De ahí que no hayan sobrevolado los aviones de transpoerte A400M o el A330 de reabastecimiento. Ni los apagafuegos, tan queridos por el pueblo canario.
Aplausos y más aplausos, que han aumentado en intensidad tras una nueva pasada de la “Patrulla Águila” y sus aviones “culopollo”. Esta era la señal para avisar de que, de nuevo, volvía tocar mirar al asfalto.
Militares a pie, blindados, armamento... y Camarón
Arrancaba el desfile terrestre, en el que los ciudadanos no han dejado de vitorear a todas y cada una de las unidades que han pasado ante ellos. A lo largo de un recorrido de poco más de un kilómetro han pasado diferentes unidades del Ejército de Tierra, del Aire, la Armada, la UME y la Guardia Civil. A pie y acompañados de alrededor de 80 vehículos y una treintena de motos, entre ellos estaban los más aclamados y los que más han sorprendido a los asistentes: los carros de combate "Leopardo" y "Centauro".
Pero también más de uno ha abierto la boca al ver pasar ante sus ojos armamento como los lanzamisiles, los obuses remolcados o los morteros embarcados.
Y como es ya habitual, los más aclamados de todos han sido los efectivos de la UME y los de la Legión, representados este año por el Tercio "Duque de Alba", con su característica cadencia de 160 pasos por minuto. En esta ocasión han estado acompañados de su mascota, una cabra de la raza Florida y de nombre "Camarón".
Los últimos en desfilar han sido los efectivos del Grupo de Regulares de Melilla nº 52, los más lentos de todo al ser otra de las unidades con paso específico (90 por minuto). Ellos han sido los que han puesto el broche al desfile terrestre, que en esta ocasión no ha contado con las unidades a caballo, que son las que suelen cerrarlo.
Y al igual que a su llegada, los tinerfeños han despedido a los Reyes entre vivas y aplausos. Ambos, Don Felipe y Doña Letizia, se han trasladado acto seguido a escasos metros del lugar, al Parque Marítimo, donde ha tenido lugar la tradicional recepción a las autoridades. Allí, Felipe VI ha dedicado unas breves palabras a los uniformados, por los que ha brindado.
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