Cataluña

Del Corredor Mediterráneo al «Diplocat»: los 46 puntos que exigió Puigdemont a Rajoy

28 de los puntos Cataluña los consideraba «incumplimientos del Estado con Cataluña, invasión de competencias e interferencias en la acción del Gobierno»

Un momento de la reunión entre Rajoy y Puigdemont en La Moncloa en abril de 2016. (Foto: Alberto R. Roldán)
Un momento de la reunión entre Rajoy y Puigdemont en La Moncloa en abril de 2016. (Foto: Alberto R. Roldán)larazon

28 de los puntos Cataluña los consideraba «incumplimientos del Estado con Cataluña, invasión de competencias e interferencias en la acción del Gobierno»

En la reunión que Mariano Rajoy y Carles Puigdemont mantuvieron en abril de 2016, hace ya más de dos años, el expresidente catalán entregó al entonces presidente españo un documento con reclamaciones como que se deje a Cataluña celebrar una consulta sobre la independencia y que el objetivo de déficit para ese año fuera del 1,07%.

El documento contenía 46 puntos –23 más que los que presentó Artur Mas en julio de 2014–, entre ellos 28 que la Generalitat catalana considera «incumplimientos del Estado con Cataluña, invasión de competencias e interferencias en la acción del Gobierno». Se quejaba, por ejemplo, el Govern del recurso del Ejecutivo a la Conselleria de Asuntos Exteriores de Raül Romeva y de la «judicialización» de la política, al considerar que la delegación del Gobierno en Cataluña «ha practicado la persecución de múltiples actuaciones contra los consistorios y municipios catalanes».

En materia económica, además del déficit, se pide un mayor margen para la consolidación fiscal y más recursos financieros, así como la revisión del sistema de financiación autonómico y el establecimiento de un interés al 0 por ciento para el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

Se cifra en 842 millones de euros el dinero que, según ese documento, ha dejado de recaudar anualmente la Generalitat catalana debido a los recursos presentados por el Gobierno a normas autonómicas, como el impuesto a los depósitos bancarios o el impuesto nuclear.

Por su parte, el ya expresidente del Gobierno, en aquel momento en funciones, Mariano Rajoy, se mostró, «como siempre, dispuesto al diálogo y la colaboración leal», pero recordó a Carles Puigdemont que «Cataluña es España» y que «juntos ganamos todos».

Puigdemont se llevó un mensaje rotundo de Rajoy: no hay ningún margen para el acuerdo sobre una consulta soberanista. Sin embargo, más allá del proceso de «desconexión», sí hubo un avance importante al restablecerse los cauces de diálogo entre ambas administraciones para tratar asuntos como el déficit, el pago de cantidades pendientes y los recursos de inconstitucionalidad presentados a las leyes catalanas, según aseguró el mandatario catalán.

Sin embargo, como el tiempo se encargó de desmentir, de aquella reunión poco o nada salió en claro y todo acabó como ya sabemos, con la celebración de un referéndum ilegal el 1 de octubre de 2017, una declaración de independencia ese mismo mes y la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña que terminó con el Gobierno de Puigdemont, con este huido a Bélgica y luego a Alemania y con buena parte de aquel Ejecutivo en prisión o también huido.

Ahora, el escenario tiene actores distinos, Pedro Sánchez y Quim Torra, y habrá que ver qué pasa.

Entre las 45 reclamaciones que Quim Torra llevará a Pedro Sánchez (el punto 46 es el relativo a la celebración de «un referéndum vinculante») están los siguientes:

–Inversiones en el Corredor Mediterráneo.

–Devolución de la disposición adicional tercera del Estatut.

–Plan hidrológico del Ebro.

–Blindaje del modelo propio de enseñanza en Cataluña.

–Apoyo a una red de «embajadas» en el exterior («Diplocat»).

–Políticas sociales.

–Financiación autonómica para un mejor reparto de los objetivos de déficit.

–Intereses del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) a tipo cero.

–Evitar la judicialización de la política.

–Garantía de los derechos sociales

–«Papeles de Salamanca».