Tribunal de Cuentas

El PP carga contra Ciudadanos por hablar de «pureza» y tener irregularidades según el Tribunal de Cuentas

El PP aprovecha para pedir la dimisión de Rivera y el PSOE le afea que vaya de «regenerador» de la política.

José Manuel Villegas y Albert Rivera, ayer, en el Congreso de los Diputados
José Manuel Villegas y Albert Rivera, ayer, en el Congreso de los Diputadoslarazon

El PP aprovecha para pedir la dimisión de Rivera y el PSOE le afea que vaya de «regenerador» de la política.

El coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, ha reprochado hoy a Ciudadanos que hable de "pureza"y después un informe del Tribunal de Cuentas haya detectado irregularidades en sus cuentas, lo que podría acabar con la apertura de un expediente sancionador.

"Hay ciudadanos y políticos de este país en el banquillo por cosas como las que aparecen ahí", ha alertado Maíllo en los pasillos del Congreso, que ha puesto como ejemplo de esas irregularidades la contratación de personal del partido con dinero de los ayuntamientos.

"No vale hablar de errores administrativos, sino dar explicaciones", ha dicho Maíllo, que ha recordado que el Tribunal de Cuentas ha equiparado la irregularidad de las cuentas de Cs a las que tienen IU o Bildu.

Unas cuentas que, ha insistido, "son ilegales"y es razonable que se exija explicaciones a Ciudadanos. Y como "no quieren"hacerlo en el Congreso tendrá que explicarlo en el Senado, ha apostillado.

Su compañero de partido y portavoz en la Comisión del Tribunal de Cuentas, Juan Bravo, ha repetido que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, debería asumir también la exigencia de dimisión que él mismo le reclama al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por los casos de corrupción.

Y es que uno de los pilares del mensaje político de Ciudadanos –la regeneración democrática– fue fuertemente sacudido por las declaraciones del presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, ayer en el Congreso: en su intervención en la comisión mixta donde presentó el informe de fiscalización sobre las cuentas de los partidos durante 2014 y 2015 aseguró que los pagos hechos por terceras personas que el partido de Rivera contabilizó como donaciones en especie es «un incumplimiento susceptible de constituir una infracción» al ser uno de los supuestos tipificados de este modo en la Ley Orgánica de Control de la Actividad Económico Financiera de los Partidos Políticos.

Las revelaciones del presidente del órgano fiscalizador provocaron ayer un aluvión de críticas contra la formación naranja que cristalizaron en la petición de dimisión de su presidente, Albert Rivera. «Ante un informe ya fiscalizado, no arrastre más los pies. ¿Quién va a dimitir de su partido? Rivera», dijo Juan Bravo, portavoz del PP en la comisión mixta Congreso Senado de relaciones con el Tribunal de Cuentas. Bravo calificó el informe como «demoledor» y acusó a Ciudadanos de «vender» regeneración democrática y tener «dos varas medir» por las cuales acusa de ilegalidades a los demás partidos y las faltas propias las considera meros «aspectos formales».

El portavoz popular apostilló que se ha terminado ya el tiempo en el que Ciudadanos presumía de no tener irregularidades en su historial al tiempo que acusó a la formación naranja de «no ser capaz de gestionar su propio patrimonio».

No fueron los populares los únicos en atacar a los de Rivera ayer en el Congreso. «Venían a regenerar la política», les afeó el portavoz del PSOE, Antonio Hurtado, «y son el único de los cuatro partidos principales» a los que se les han detectado irregularidades. En la misma línea se pronunció Bernat Picornell, de Esquerra Republicana, que recordó a Cs que «ahora debe demostrar que tiene las manos limpias» porque «no es de recibo» que sus cuentas hayan sido rechazadas.

Ciudadanos contestó a estas acusaciones por boca de su portavoz en la Comisión, Saúl Ramírez. Para el diputado de Cs las irregularidades detectadas en 2015 ya han sido subsanadas y se debieron a la importante expansión que tuvo su partido durante ese año. Lo detectado por el órgano fiscalizador son, por tanto «salvedades» que no son comparables a los sonados casos de corrupción de «la vieja guardia del bipartidismo».

El presidente del Tribunal de Cuentas dejó claro que la no aprobación de las cuentas de un partido «no lleva aparejada ninguna sanción, por que ustedes (los partidos políticos) lo determinaron así cuando redactaron la Ley». En referencia a los pagos a terceros de Ciudadanos contabilizados como donaciones en especie, que asciende a 14.300 euros en 2015, Ramón Álvarez de Miranda dijo: «No hay ningún efecto. Si ustedes quieren ser más exigentes consigo mismos, está en su mano cambiarlo».

Además de Cs, no han sido aprobadas las cuentas de 2015 de IU, Compromís, Aralar, EH Bildu, Convergencia, Eusko Alkartasuna y el Partido Aragonés. En concreto, IU no declaró los donantes que aportaron fondos por valor de 307.000 euros a las maltrechas arcas de la formación comunista.