Melilla

Detenido en una operación antiyihadista Mustafá Maya, condenado en 2018 por liderar una red que reclutaba terroristas

Estaba en libertad tras haber cumplido la condena de ocho años que le impuso en 2018 la Audiencia Nacional

Mustafá Maya Amaya, un ejemplo de yihadista al que la cárcel no desradicalizó
Mustafá Maya AmayaLa RazónLa Razón

El hombre detenido este lunes en Melilla en una operación de la Policía Nacional contra el terrorismo yihadista es Mustafá Maya Amaya, un converso español de origen belga, de padre gitano y postrado en una silla de ruedas, que fue condenado en 2018 a ocho año de prisión por liderar una red radicada en la ciudad autónoma que reclutaba a terroristas.

Fuentes próximas a la investigación han indicado a EFE que los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional han detenido a Maya nueve años después de arrestarle también en Melilla junto con otro cinco yihadistas que integraban una red dedicada a reclutar y enviar combatientes a Siria, Libia o Mali.

Actualmente estaba en libertad tras haber cumplido la condena de ocho años que le impuso en 2018 la Audiencia Nacional después de haber llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que confesó que ayudó a enviar combatientes a Siria, Libia o Mali para "hacer la yihad".

En su sentencia, los jueces calificaron a Maya Amaya como el "promotor, director y coordinador" de "una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista" que realizó "una incesante labor" desde 2012 "nutriendo a otras organizaciones" como el Estado Islámico o Jabhat Al Nusra.

Los integrantes de esta organización se asentaban en España, Bélgica, Luxemburgo, Turquía, Túnez, LIbia,Mali, Francia y Marruecos desarrollando distintas funciones como captadores, falsificadores de documentación, financiadores, pasadores para cruzar voluntarios por las fronteras y receptores de nuevos combatientes.

El acusado, un melillense de mediana edad con una discapacidad que le obliga a ir en silla de ruedas, estaba en "permanente comunicación" con otros musulmanes europeos "a los que captaba por Internet para su desplazamiento" a países como Siria, Libia o Mali y actuaba "de forma concertada con otros individuos" para conseguir su objetivo.

Además, también hacia labores de asesoramiento de los captados y "desplegaba una permanente actividad de propaganda para la causa yihadista por internet".

Para su labor, Maya Amaya contó con la ayuda de los cuatro integrantes de la red (de nacionalidad belga, tunecina y francesa), que fueron condenados a seis años de prisión y que reconocieron en el juicio que contactaron con el líder de la célula porque tenían interés en viajar a Siria "para luchar contra el régimen de Bashar Al Assad y hacer la yihad".

La investigación realizada a la 'célula' ha acreditado que en 2012 logró enviar combatientes a Mali para hacer la 'yihad' como es el caso de los marroquíes Abdelhak Akrach, Ali Maychou, los hermanos Ibrahim y Moussa El Kaddouri o Abdelaziz el Youncha.