Terrorismo

El día que ETA ensangrentó la firma del Tratado de Adhesión a la UE, hace 40 años

En esa histórica jornada, la banda terrorista asesinó a cuatro personas en Madrid y Portugalete

El coronel Vicente González Calatayud
El coronel Vicente González CalatayudMapa del Terror

Mañana se cumplen 40 años de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea. Una fecha histórica que la banda terrorista ETA ensangrentó de la única forma que sabía hacerlo: Mediante el asesinato a traición, la atrampa bomba y la destrucción.

El 12 de junio de 1985 fue un día especial para la historia moderna de España. Por la mañana, el rey Juan Carlos había presidido el acto de ratificación del Tratado de Adhesión de España y Portugal a la Comunidad Económica Europea. Dignatarios y altos cargos de la que sería entonces la “Europa de los Doce” se reunieron en la capital española para oficializar esa jornada histórica.

Pero ETA enlutó aquella fecha tan señalada al asesinar a cuatro ciudadanos, tres en Madrid y uno en Portugalete (Vizcaya).

El coronel Vicente Romero González-Calatayud se dirigía a su trabajo en el Servicio Militar de Construcciones como si fuese un día normal. Salió de su domicilio, sito en la calle madrileña de General Oráa, poco antes de las 10:00 horas para que le recogiera su chófer, Juan García Jiménez, quien le esperaba con el coche parado en doble fila. El militar cruzaba entre dos vehículos cuando el terrorista Ignacio de Juana Chaos se acercó a él y le disparó tres veces. Dos balas le alcanzaron en la cabeza. Inmediatamente después, el etarra se volvió y abrió fuego también contra el conductor, al que alcanzó en siete ocasiones.

La esposa del coronel Romero se asomó a la ventana nada más escuchar los disparos y pudo ver el cuerpo de su marido tendido en el suelo. Una ambulancia trasladó al militar al hospital Reina Sofía, donde ingresó cadáver. El conductor había fallecido in situ. Un vecino que presenció el asesinato, el abogado Gonzalo Saiz, se encaró con el asesino y le dijo: «Muchacho, ¿qué haces?», según relató el diario ABC. Ambos se encontraron frente a frente y durante unos breves segundos el terrorista le miró en silencio. Al final, decidió continuar su fuga. En su huida tropezó y cayó al suelo. La etarra Belén González Peñalva, que se encontraba en las inmediaciones cubriendo la acción terrorista, le ayudó a ponerse en pie y a proseguir la carrera hasta un coche, en el que les esperaba un tercer terrorista, Juan Manuel Soares Gamboa, para huir juntos.

Minutos más tarde, los terroristas estacionaron el automóvil en la segunda planta del aparcamiento subterráneo de unos grandes almacenes en la avenida Felipe II. Los propios asesinos llamaron a la Policía para avisar de la localización del coche. En el maletero habían dejado una bomba-trampa cuya explosión mató al artificiero del Equipo de Desactivación de Explosivos (Tedax) Esteban del Amo García.

El coronel Vicente Romero, originario de la localidad toledana de La Puebla de Montalbán, tenía 55 años, estaba casado con María Josefa García-Tenorio Valmaseda y era padre de cuatro hijos con edades comprendidas entre los diecisiete y los veintisiete años. Era diplomado en Derecho Administrativo Militar y en el momento de su fallecimiento realizaba funciones de asesor jurídico en la Dirección ,General de Infraestructuras del Ministerio de Defensa.

Sucesivos juicios condenatorios celebrados en la Audiencia Nacional probaron que el “Comando Madrid”, que asesinó al coronel, a su conductor y al artificiero estaba compuesto por José Ignacio de Juana Chaos, Juan Manuel Soares Gamboa, Belén González Peñalva, Inés del Río Prada y Esteban Esteban Nieto. Los tres primeros fueron los ejecutores directos de la acción terrorista. De ese modo, en 1989 Del Río Prada fue condenada a 58 años de cárcel por el doble asesinato del coronel y de su chófer. El mismo fallo estableció una condena de 251 años de reclusión para De Juana Chaos por ese mismo delito y por la muerte del artificiero. El terrorista fue condenado también por atentado con resultado de lesiones graves, por varios delitos de atentado con lesiones leves, por uso ilegítimo de coche ajeno y por falsificación de las matrículas del vehículo. En 1996 la Audiencia Nacional condenó a Esteban Nieto a 226 años de cárcel por similares delitos a los imputados a De Juana Chaos.

Asimismo, por los mismos hechos impuso a Soares Gamboa 129 años y seis meses de prisión al rebajarle las penas por arrepentirse de su actividad terrorista desempeñada en el seno de ETA y colaborar con la justicia española. En 2006 la sección 2.ª de la Sala de lo Penal del citado tribunal condenó a 187 años y 8 meses de prisión a la etarra González Peñalva como coautora del triple asesinato en similares términos que los imputados a De Juana Chaos en su fallo de 1989.

Juan García Jiménez, de 27 años, era natural de la localidad toledana de San Pablo de los Montes, estaba casado con Rosario García González y tenía una hija de tres meses. Se había incorporado a sus tareas de chófer del Ejército como funcionario civil contratado el 1 de enero anterior a su asesinato. En el funeral tuvieron que inyectar un sedante a la viuda, que no soportaba la tensión del momento.

«Sacad esta foto. Es la sangre de un héroe que ha dado su vida por la patria», gritó un policía a los fotógrafos de prensa que se habían acercado a informar sobre la explosión de un coche-bomba en el aparcamiento de El Corte Inglés, en la avenida Felipe II de la capital española. Con el dedo señalaba los restos del cuerpo de su compañero Esteban del Amo García. Los asesinos habían colocado en su interior una bomba-trampa, compuesta por veinticuatro kilos de goma 2.

La víctima, de 35 años, era natural de Segovia. Estaba casado y tenía dos hijas de corta edad. Desde hacía cinco años pertenecía al equipo de artificieros de la Policía Nacional. Sus restos fueron inhumados en el cementerio madrileño de Carabanchel.

Ese mismo día, en Portugalete (Vizcaya), era asesinado el brigada de la Armada José Millarengo de Bernardo. Tras cumplir su jornada laboral en la Comandancia de Marina de Bilbao, hacia las 15:00 horas, el militar regresaba a pie a su casa del barrio de Repélega de Portugalte cuando un etarra le abordó por la espalda y le pegó un tiro en la nuca que acabó con su vida. Dos niños fueron testigos del asesinato. José Millarengo, de 42 años, era natural de Villamayor (La Coruña). Estaba casado y tenía dos hijos adolescentes. (Con datos del libro “Vidas Rotas”).