Crisis del PSOE

Díaz e Iceta se citan hoy en Sevilla para iniciar el deshielo

Coincidieron ayer en un acto en Madrid en el que mostraron su conexión personal

Susana Díaz y Miquel Iceta coincidieron ayer en un acto en Madrid
Susana Díaz y Miquel Iceta coincidieron ayer en un acto en Madridlarazon

Coincidieron ayer en un acto en Madrid en el que mostraron su conexión personal

Miquel Iceta y Susana Díaz han decidido coger el kit de sutura para coser la herida interna que tiene el PSOE desde que los socialistas catalanes decidieran desacatar el mandato del Comité Federal y votar en contra de la investidura de Mariano Rajoy. Hoy, a última hora de la tarde, el primer secretario del PSC y la presidenta de Andalucía se reunirán en Sevilla para tratar de poner fin a las diferencias que acabaron con una crisis sin precedentes entre el PSC y el PSOE. Todo se gestó ayer en Madrid, aunque el catalán había pedido reunirse con anterioridad. Iceta se enteró por los periodistas que acudieron a un desayuno en el que participaba de la presencia de Susana Díaz y otros notables del partido en el acto de presentación del libro del hijo de Guillermo Fernández Vara. El primer secretario rápidamente instó a su equipo a hacer un hueco para poder acudir a la cita, a la que le habían invitado con tanta anterioridad que lo había olvidado. Su llegada fue discreta –no en vano, no le esperaban– y permaneció durante la presentación en un segundo plano. Eso sí una vez finalizado el acto, pudo departir con todos los presentes que se acercaron a saludarle. Entre ellos, la propia Díaz, con la que se deshizo en gestos de cariño. Una breve conversación, emplazándose a una llamada posterior fue el germen de la cita que tendrán hoy en territorio andaluz.

Con carácter previo al encuentro, Iceta reconoció que su partido «incomodó» al PSOE cuando decidió desobedecer al Comité Federal y consideró «lógico» la revisión de las relaciones entre ambas formaciones, aunque abogando por seguir juntos. El primer secretario de los socialistas catalanes también hizo una encendida defensa de Cataluña como nación, sin que este concepto lleve aparejado el de soberanía o el de Estado, ni suponga un atajo a la autodeterminación ni la quiebra de los derechos entre todos los españoles. Una denominación que no acaba de convencer a la gestora y que también fue el desencadenante del enfriamiento de las relaciones.