Rajoy, año II
«Digo sí a dialogar con todo el mundo, pero no a dividir España»
El presidente ratifica que la consulta no puede celebrarse porque es «ilegal»
Madrid- En un gesto con el que subrayó la importancia que concede al problema catalán el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, introdujo ayer expresamente a Cataluña en su balance de 2013. Fue la única cuestión extraña a la economía en su intervención previa a las preguntas de los informadores. «Sería un irresponsable si no le diera importancia», sentenció. Y todas las referencias a esta cuestión fueron para reiterarse en la posición fijada: no tiene nada que hablar con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, sobre la consulta independentista porque es contraria a la Constitución e «ilegal» y porque ni a él ni a ningún otro presidente del Gobierno se le puede pedir que disponga de la soberanía de todos los españoles. «Hay cosas que no se me pueden pedir, y lo sabe quien ha decidido abrir un camino sabiendo cuál era mi respuesta», explicó. A partir de este «no» a negociar sobre algo en lo que no decide el Gobierno y ni siquiera el Parlamento, «sino que habría que reformar la Constitución y ese cambio debería ser votado por todos los españoles», Rajoy dejó la puerta abierta al diálogo con Mas porque él «habla con todo el mundo» y también está dispuesto a hablar con el presidente de la Generalitat de todas las demás cosas. «Podemos hablar de muchas cosas, pero no se pueden generar falsas expectativas ni decir a la gente lo que no es», puntualizó. El «no» a la consulta independentista lo contrapuso al «sí» que él da a una «historia en común que es la más antigua de Europa; a los lazos afectivos, comerciales y personales; a la Constitución, que garantiza nuestros derechos y libertades [...]; a todas las cosas que hemos hecho juntos y a las que vamos a hacer en el futuro; a dialogar con todo el mundo, pero no a dividir España; a los problemas reales; al Fondo de Liquidez Autonómico
(FLA) que ha permitido que la Generalitat pague sus deudas, como también otras comunidades autónomas; y al pago a
proveedores». El presidente se enfrenta a un año sobre el que se presume que Mas, agitado por ERC, irá incrementado mes a mes la tensión con el Gobierno central, y lo hace sin moverse ni un milímetro de su posición, templada en las formas y en el tono, pero contundente en el «no» a abrir ningún tipo de negociación sobre una consulta de autodeterminación. ¿Y si el referéndum se celebrase en toda España? «Ni es la prioridad ni tiene sentido. Lo que sí digo es que lo que sea España lo tiene que decidir el conjunto de los españoles», contestó. Rajoy advirtió de que la propuesta de Mas, de materializarse, causaría graves perjuicios a toda España y a Cataluña y su compromiso para 2014 es trabajar sin descanso para preservar el marco de estabilidad que ha dado la etapa más larga de estabilidad y de convivencia.
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