Elecciones generales

Dimisión o moción de censura a Sánchez

La mayoría del Comité Federal puede destituir al secretario general si lo pide el 20% de la Ejecutiva. Los críticos planean promover esta acción si éste se resiste a marcharse, tras perder la votación sobre el congreso

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante los medios en la sede de la madrileña calle de Ferraz, para analizar los resultados de las elecciones gallegas y vascas y explicar su propuesta de hacer primarias el 23 de octubre y el congreso el 1, 2 y 3 de diciembre, el pasado lunes
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante los medios en la sede de la madrileña calle de Ferraz, para analizar los resultados de las elecciones gallegas y vascas y explicar su propuesta de hacer primarias el 23 de octubre y el congreso el 1, 2 y 3 de diciembre, el pasado luneslarazon

La mayoría del Comité Federal puede destituir al secretario general si lo pide el 20% de la Ejecutiva. Los críticos planean promover esta acción si éste se resiste a marcharse, tras perder la votación sobre el congreso

Un único objetivo: frenar a Sánchez y diversas fórmulas para lograrlo. El grado de beligerancia que se adopte en las formas dependerá, en todo caso, de la resistencia que Pedro Sánchez oponga a su salida natural: la dimisión. Después de la inclasificable rueda de prensa en la que el secretario general del PSOE consumó una auténtica declaración de guerra a los críticos, todos los mecanismos de las federaciones se pusieron a funcionar para paralizar, en el Comité Federal del próximo sábado, el calendario del 39º Congreso que se debatirá a propuesta de la dirección. Si lograban frenar el calendario, ideado por el secretario general para perpetuarse sin rival al frente de Ferraz, daban por hecho que Sánchez daría un paso atrás. Sin embargo, las declaraciones del propio líder socialista –en la Cadena Ser– reconociendo que no se planteaba siquiera dimitir si perdía la votación pillaron de nuevo a contrapié a los críticos. Con la maquinaria ya engrasada, los territorios que se oponen a la hoja de ruta de Sánchez planean utilizar la mayoría articulada para frenar el congreso con otro propósito complementario: hacer prosperar una moción de censura al secretario general si no presenta su dimisión.

El Comité Federal, como máxima autoridad del partido, tiene la potestad de destituir al secretario general, una facultad que en sus 137 años de historia nunca ha ejercido pero que cumple escrupulosamente con el Reglamento. Según el artículo 7c, se podrá «exigir, en su caso, la responsabilidad política de la Comisión Ejecutiva Federal mediante la presentación de una moción de censura». Para poner en marcha este proceso se requiere que al menos el 20% de los miembros de la dirección lo soliciten y que su demanda sea «sancionada, para tener efectos, por la mayoría absoluta de los integrantes del Comité Federal». Aunque la fórmula de la dimisión de la Ejecutiva más uno sigue siendo una opción real, y mucho más práctica, la moción de censura facilita los números de los críticos, que, en lugar del 51%, sólo tendrían que conseguir el 20%, un porcentaje que sí que reúnen con seguridad. Mientras que en la Ejecutiva no tienen asegurada la mayoría absoluta, en el Comité Federal –siempre según sus previsiones– sí sería así, pues presumen de tener atados al menos 180 apoyos, de los aproximadamente 290 miembros que lo componen.

El principal problema que se plantea para la tesis de la moción de censura es la forma de vehicular el debate ante el plenario, dado que no aparece en el orden del día. Es en este punto donde surgen las atribuciones de la Mesa del Comité Federal, formada por su presidenta, Verónica Pérez, su vicepresidente, Rodolfo Ares, y su secretaria, Nuria Marín.

Corresponderá a sus tres miembros dirimir si la iniciativa entra o no a debatirse. «Si traes la fuerza –las firmas–, la decisión corresponde a la Mesa, que tiene potestades casi omnipotentes y es soberana», reconocen fuentes del partido. La correlación de fuerzas en este órgano es a priori desfavorable para Sánchez. Verónica Pérez es afín a Susana Díaz, Nuria Marín se incardina en la corriente del PSC favorable al secretario general y Rodolfo Ares, muy cercano a Rubalcaba, es un «hombre de partido» que primará los intereses de España.

Aunque nadie puede anticipar cómo se desarrollarán finalmente los acontecimientos, las opciones sobre la mesa son diversas y con un camino marcado hacia la dimisión de Sánchez. «Nunca antes estaban tan movilizados, porque nunca pensaron que Pedro pudiera llegar tan lejos», dice un socialista con información. El duro enfrentamiento que se vivió ayer en la reunión del Grupo Socialista lo confirma y anticipa un cruento Comité Federal.

- Verónica Pérez

Presidenta. (Andalucía). Afín a Susana Díaz, se presume que sería partidaria de debatir la moción.

- Rodolfo Ares

Vicepresidente. (País Vasco). Próximo a Rubalcaba, también cuenta con la confianza de Sánchez.

- Nuria Marín

Secretaria. (Cataluña). Forma parte de la corriente del PSC afín a Pedro Sánchez y sería favorable a debatir la moción.