Congreso

Una diputada afín a Díaz salva el plan del PSOE con la ley del «sí es sí» tras el boicot de Podemos

Los socialistas consiguen imponer su plan con la reforma legislativa y se mantiene la división con Podemos a dos semanas de la votación final

Irene Montero y Yolanda Díaz durante una sesión del pleno del Congreso de los Diputados.
Irene Montero y Yolanda Díaz durante una sesión del pleno del Congreso de los Diputados.Alberto R. RoldánLa Razón

Si no hay un cambio brusco de los acontecimientos, la reforma de la Ley de Libertad Sexual (bautizada como «solo sí es sí») recibirá el plácet del Congreso en dos semanas y quedará aprobada. Hasta entonces, los movimientos en el bloque de la izquierda se antojan llenos de tensión para ver cuál es la fotografía parlamentaria final de la votación porque todavía sigue en el aire si persistirá la división entre PSOE y Podemos y qué terminará haciendo el resto de socios del Gobierno. De momento, el acuerdo entre los dos partidos del ejecutivo sigue estando alejado, tal y como también ha quedado claro en las últimas maniobras en la reunión de la Mesa del Congreso.

En la última reunión de la Mesa, celebrada el martes, PSOE y Podemos presentaron dos propuestas diferentes para darle un camino u otro a la tramitación de la reforma legislativa: por un lado, los socialistas planteaban solo estirar la ampliación del periodo de enmiendas hasta el 10 de abril; y, por otro lado, los morados querían ampliar el periodo de enmiendas hasta el 12 de abril, con opción a seguir prorrogando y alargar todavía más el proceso. Es decir, el PSOE pretende que los grupos puedan seguir presentando cambios en la ley hasta la semana que viene para poder aprobarla el 20 de abril, mientras que Podemos pretendía dejar la puerta abierta a prolongar «sine die» y, de esa manera, frenar las correcciones a la ley impulsada por la ministra de Igualdad, Irene Montero, que ha tenido «efectos indeseados» porque ha rebajado penas a centenares de agresores sexuales.

Las dos propuestas de PSOE y Podemos se sometieron a votación en la reunión de la Mesa del Congreso del martes, aunque solo prosperó la de los socialistas. Si bien, salió adelante gracias a uno de los miembros de Podemos en la Mesa: Gloria Elizo, afín a Yolanda Díaz y crítica con Pablo Iglesias, que se desmarcó y votó a favor de la propuesta socialista, porque si no hubiera quedado tumbada porque los otros dos miembros del partido morado votaron en contra. En total, en la Mesa hay nueve miembros, de los cuales tres son del PSOE, tres de Podemos, dos del PP y uno de Vox. Los socialistas votaron a favor y sumaron el apoyo de Elizo, suficiente para que prosperara su plan; los dos miembros del PP se abstuvieron, ya que los populares eran partidarios de acelerar todavía más la tramitación de la ley para aprobarla de inmediato, mientras que el de Vox votó en contra.

El trámite de la Mesa no es una cuestión menor porque permite modular los tiempos de tramitación de una ley. La Mesa se encarga de calificar (admitir a trámite) las iniciativas parlamentarias y, también, de fijar los periodos de enmiendas (cuanto más se alarguen, más tarde una ley en iniciar las fases parlamentarias para su aprobación). En este sentido, con la reforma de la ley del «solo sí es sí», el PSOE ha aceptado alargar el periodo de enmiendas a petición de Esquerra y Bildu con la esperanza de poder acabar atrayendo a su lado a ambos socios de Gobierno.

Los republicanos y los abertzales se alinearon con Podemos y votaron contra la reforma legislativa en la primera votación celebrada el 7 de marzo (toma en consideración). Sin embargo, ahora se están abriendo a cambiar de posición y pasarse al lado del PSOE, que ya consiguió un inmenso aval en la primera votación porque logró el apoyo de 231 diputados (tan solo 56 votaron en contra). Si bien, Podemos criticó a los socialistas porque en esa foto estaban todas las fuerzas de la derecha y, por ello, el PSOE también aspira ahora a incluir a algún apoyo más de las formaciones de izquierda para darle una mayor pátina de transversalidad (sí contaron con socios como PNV o PDeCat).

En este sentido, en ERC están trabajando enmiendas junto a Bildu para introducir cambios en el texto del PSOE, pero evitan pactarlas conjuntamente con Podemos. Si Esquerra acaba confirmando su giro y acaba aviniéndose a apoyar la ley del PSOE, la soledad de Irene Montero quedaría todavía más acentuada. De momento, además, tampoco hay negociaciones entre PSOE y Podemos, según fuentes parlamentarias. Las posiciones siguen enquistadas y se hace muy difícil que en las próximas dos semanas cambien las cosas.

La duda que queda también ahora es qué camino puede acabar tomando el grupo de Podemos porque hay diferentes visiones sobre esta reforma legislativa y esas diferencias pueden acentuarse tras la puesta de largo de Sumar. El partido de Yolanda Díaz arrastra prácticamente a la mitad del grupo parlamentario y, ya en las últimas semanas, ha habido una mayor predisposición de algunos sectores afines a Díaz (como los Comunes, con Jaume Asens a la cabeza) a acordar con el PSOE.