Política

El desafío independentista

Duran a Mas: «No quiero ser un político cosmético»

Los motivos de la renuncia. Se pronunció en contra de la abstención en la Ley de Abdicación. Quedó desautorizado y decidió renunciar

Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida, en una imagen reciente
Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida, en una imagen recientelarazon

Los motivos de la renuncia. Se pronunció en contra de la abstención en la Ley de Abdicación. Quedó desautorizado y decidió renunciar.

Duran ha jugado limpio y no ha engañado a Artur Mas. Hace tiempo que se lo venía anunciando: si la política de CiU daba un giro radical y pivotaba sobre la independencia, él marcaría distancias. Es el análisis rotundo que hacen en el entorno próximo del líder socialcristiano, una vez consumada su renuncia a la Secretaría General de la Federación Nacionalista. Un cargo, según estas fuentes, puramente «de florero», puesto que las directrices iban marcadas únicamente por Convergencia. Así ha sido y así se ha producido, tras el órdago que el propio Josep Antoni Duran Lleida lanzó tras el fiasco de las elecciones europeas. La prueba definitiva de que Convergencia Democrática de Cataluña quedaba fagocitada por Esquerra Republicana, auténtica vencedora en las urnas.

En la sede de la antigua Casa Vasca en Madrid. Lindante con el Congreso de los Diputados, enfrente del madrileño Teatro de La Zarzuela. Aquí almuerzan a menudo los diputados de CiU y el PNV. «Hacen la mejor ensalada del mundo, con lechugas frescas traídas de Hernani», dice el histórico parlamentario peneuvista Emilio Olabarría.

Tras el 25 de mayo, allí degustan este menú verde el propio Duran, Josep Sánchez-Llibre, Olabarría, Pedro Azpiazu y el que fuera delegado de la Generalitat en Madrid y hombre de la máxima confianza de Duran, Jordi Casas. Hablan de los comicios europeos, muy malos para CiU, y sus consecuencias. Con su habitual lenguaje sin tapujos, directo y «vizkaitarra», Olabarría suelta la frase: «Mira Josep, no hay nada peor que la política cosmética, no estratégica».

Reflejaba bien la situación del portavoz catalán, claramente ninguneado por la cúpula convergente desde hace muchos meses, pese a su cargo de secretario general. Fue entonces cuando Duran advirtió de la conveniencia de dejar su cargo de número dos en la Federación y de pactarlo con Artur Mas. «Ni un solo día han dejado de hablar y ni un solo día Mas podía sorprenderse», insisten en Unió sobre el acuerdo entre los dos líderes. Días antes de la proclamación del Rey Felipe VI, Duran criticó ante la cúpula del partido la abstención y se pronunció abiertamente en contra. No tuvo éxito, quedó desautorizado y fue la gota que colmaba el vaso. Días después del evento histórico, en un almuerzo privado con Mas, se le comunicó sin dudarlo: «Dejo la dirección de CiU, yo no quiero ser un político cosmético».

En efecto. Su situación en CiU era «puro maquillaje», sin ningún poder estratégico, dicen en su entorno. Su apuesta por una «tercera vía», alejada de la pregunta separatista, no prosperaba. Además, Duran piensa que el error de Mas sobre la independencia producirá jirones en otros partidos catalanes. «Ya se ha visto en el PSC, y se verá también en Iniciativa por Cataluña, donde no todos están por la secesión», dicen en su círculo próximo. Ello se agudizará tras la Diada el Once de Septiembre, fecha en la que todas las organizaciones soberanista, lideradas por ERC y la ANC, quieren tomar las calles. Por eso Duran se adelanta, marca distancias y aguarda acontecimientos. «No nos quedaremos quietos», insisten.

En este sentido, y sin aventurar una ruptura con Convergencia, lo que sí hará Duran es impulsar un espacio de centro político, con la participación de sectores sociales, plataformas cívicas y colectivos diversos, altamente desencantados con los partidos. «En Cataluña hay gente muy inquieta, harta del discurso soberanista, que quiere otra cosa», dicen en Unió. Es la tesis que planteó en la Escuela de Verano de UDC y que ha ido explicando por las Cancillerías europeas. Pese a las críticas del núcleo duro convergente, mantendrá su puesto como portavoz en el Congreso y presidente de la Comisión de Exteriores en lo que resta de Legislatura.

Es significativo que Duran se marche de la cúpula de CiU antes de la entrevista de Artur Mas con Mariano Rajoy. Sobre si ha comunicado su decisión al presidente del Gobierno, en su entorno se muestran discretos. «Es posible que se lo dijera en un pasillo en el Congreso o en un mensaje, pero si lo ha hecho, no nos lo ha contado», aseguran sus colaboradores. La relación personal entre ambos es muy buena desde hace años, pues son diputados veteranos. Además, existe una estupenda y fluida relación con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, compañera cotidiana en las tareas parlamentarias. Desde Moncloa ni afirman ni desmienten este extremo, que posicionan en una decisión personal de Duran, pero se sabía desde hace tiempo que el líder socialcristiano no estaba cómodo ni secundaba la deriva soberanista de Mas.

A partir de ahora, el revulsivo catalán está servido. Cierto es que en Unió subyace también un sector soberanista. Véase a las llamadas «cariátides», Joana Ortega y Núria de Gispert, e incluso el sucesor Ramón Espadaler. Pero hay otros que no comulgan con las ideas secesionistas, incluso dentro de Convergencia. Es la idea futura de Duran: más sociedad y menos despachos, plataformas que den respuesta a los problemas ciudadanos y a la profunda crisis que, a su juicio, atenaza al actual sistema de partidos. Por ello, este es un paso atrás sólo a medias. La jugada final empieza en septiembre y, sobre todo, en noviembre. Para Duran Lleida, hay proyecto y protagonistas.