Tribunales

Eduardo Zaplana, trasladado de prisión al hospital para un tratamiento rutinario

Desde la cárcel de Picassent al Hospital la Fe de Valencia, el centro donde se trata de la leucemia que padece, para intensificar el tratamiento

Eduardo Zaplana en una imagen de este año antes de entrar en prisión.
Eduardo Zaplana en una imagen de este año antes de entrar en prisión.larazon

El expresidente de la Generalitat valenciana Eduardo Zaplana fue trasladado ayer desde la cárcel de Picassent al Hospital la Fe de Valencia --el centro donde se trata de la leucemia que padece-- para seguir un tratamiento “rutinario”, pero que supondrá, en cierta medida, una intensificación de dicho tratamiento. La nueva terapia que le va a ser aplicada a Zaplana es una alternativa al tratamiento mediante pastillas que estaba siguiendo hasta ahora en prisión y que, al parecer, no estaba dando resultados del todo satisfactorios. El nuevo tratamiento es una especie de “diálisis” mediante la cual se le ”quitan” de la sangre los linfocitos que se le producen por el trasplante dado que las nuevas células que se transplantan toman el cuerpo del receptor como extraño y por ello hay que eliminarlos. Es lo que se denomina “injerto contra huesped”. Es esta una situación crónica cuya evolución no siempre es previsible y requiere un control permanente mediante revisiones que se realizan cada quince días, y con un tratamiento también continuado que ahora se ha cambiado y es éste el motivo del ingreso del expresidente Zaplana.

El que fuera también ministro de Trabajo, se encuentra en la cárcel de Picassent desde finales del mes de mayo, cuando la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia acordó para él prisión provisional, comunicada y sin fianza en el marco de la 'Operación Erial', por la que fue detenido por presuntos delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación.

La defensa de Eduardo Zaplana ya ha interpuesto varios recursos de reforma contra el auto de prisión de la jueza en el que alegaba que la medida era "innecesaria y desproporcionada", ya que, a su entender, no existía "ningún riesgo objetivo de destrucción de pruebas"ni de fuga, y, además, alegaba la "grave enfermedad"que padece desde hace años el exministro y que requiere cuidados "continuos y periódicos".

El pasado lunes se resolvió desfavorablemente la última de las peticiones de libertad solicitadas por la defensa del expresidente.