Defensa

El Ejército del Aire prorroga sus dos misiones de vigilancia y disuasión en Rumanía

Los cazas F-18 y el radar de alerta temprana desplegados a finales de 2022 seguirán vigilando el espacio aéreo aliado al menos cuatro meses más

Uno de los F-18 españoles sobre Rumanía
Uno de los F-18 españoles sobre RumaníaEjército del AireLa Razón

España mantiene activo el compromiso que adquirió hace un año de reforzar las fuerzas de disuasión de la OTAN en el flanco Este y ha decidido prorrogar su despliegue en las dos operaciones en las que participa desde el pasado año en Rumanía: la de Policía Aérea Reforzada con los cazas F-18 y la gestión de un radar de alerta temprana. Estaba previsto que ambos destacamentos («Viespe» y «Tigru») finalizaran su misión hoy, pero finalmente se han producido sendos relevos y los dos contingentes se quedarán al menos cuatro meses más, tal y como han confirmado a este periódico fuentes militares.

De hecho, esta semana han ido llegando parte de los relevos de ambos contingentes para poder dar continuidad a las tareas de vigilancia del espacio aéreo aliado.

La más conocida de las dos operaciones es la de Policía Aérea Reforzada (eAF) de la Alianza, en la que España participa desde el pasado 1 de diciembre con ocho cazas F-18 del Ala 15 y 130 efectivos. Se encuentran desplegados en la base aérea de Borcea-Fetesti y roza ya las 600 horas de vuelo. Su misión, más que conocida para el Ejército del Aire, es la de vigilar el espacio aéreo ante la constante presencia de aviones rusos que vuelan por sus inmediaciones sin identificar. Una tarea que llevarán a cabo junto a los cazas F-16 y MiG-21 de la Fuerza Aérea rumana.

Ahora que acababa su despliegue, el nuevo contingente que les dará el relevo ha ido llegando a lo largo de estos días. En esta ocasión serán también 130 uniformados y siete cazas F-18 (esta vez del Ala 12), que estarán allí previsiblemente hasta agosto. El miércoles partieron desde Torrejón de Ardoz (Madrid) los primeros cuatro aviones de combate, que tuvieron que realizar un reabastecimiento en vuelo sobre territorio italiano durante su viaje. Además, también se trasladó hasta Rumanía a bordo de un A-400M el jefe del destacamento y parte del personal que lo compone para ir preparando la llegada del resto del contingente. El viernes llegaron el resto de efectivos y hoy, sábado, los otros tres F-18.

El grueso del contingente, unos cien militares, está formado por efectivos del Ala 12, mientras que el resto pertenece a otras unidades, como el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), que proporcionará seguridad en tierra al destacamento, tanto dentro como fuera de la base de la Fuerza Aérea rumana.

Vigilancia las 24 horas

Mientras, muy cerca de allí, a apenas 80 kilómetros, en la localidad de Schitu, continuará funcionando (24 horas, los siete días de la semana) el radar táctico de largo alcance que el Ejército del Aire desplegó en octubre con 38 efectivos.

Hace varias semanas tuvo lugar la ceremonia de relevo del denominado destacamento «Tigru», la cual contó con la presencia del Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA), general Javier Salto Martínez, y del comandante del Mando de Operaciones (CMOPS), teniente general Francisco Braco Carbó. Un acto en el que el comandante Eduardo Arlandis tomo posesión de la jefatura del contingente relevando al comandante Diego Narbona.

Radar desplegado por España en Rumanía
Radar desplegado por España en RumaníaMinisterio de DefensaLa Razón

Este radar, perteneciente al Grupo Móvil de Control Aéreo (GRUMOCA), ha superado ya las 3.000 horas de servicio continuado vigilando el espacio aéreo aliado, también en el marco de la misión de Policía Aérea Reforzada. Al igual que el destacamento de cazas, está previsto que estén allí hasta el mes de agosto.

Una zona, el flanco Este y en concreto el área del Mar Negro, constantemente monitorizada desde el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de Torrejón de Ardoz (CAOC-TJ), que es el encargado de la vigilancia de una zona que abarca 14 países y 11 millones de kilómetros cuadrados (desde las Islas Canarias hasta Turquía y desde las Islas Azores hasta Rumanía). Se trata de uno de los dos Centros de este tipo con los que cuenta la OTAN.

Nuevos refuerzos

Pero estas no son las únicas novedades en cuanto a refuerzos en las misiones en el flanco Este. Este fin de semana también llegan a Estonia 80 efectivos y la batería de misiles «Nasams» que utilizarán para enseñar a los militares del país su funcionamiento. Aunque en un primer momento se anunció que se trataría de una misión más de disuasión y de protección de la base aérea de Amari, como la que también lleva a cabo España con un sistema similar en Letonia, la ministra de Defensa, Margarita Robles, lo descartó el miércoles insistiendo en que únicamente van a entrenar al Ejército estonio, que ha adquirido una batería «Nasams», y volverán en agosto.

De esta forma, España contribuye a las fuerzas de disuasión de la OTAN con alrededor de 1.150 efectivos. A estos tres contingentes citados hay que sumar los 640 militares que se encuentran en Letonia en el batallón multinacional liderado por Canadá en el marco de la Presencia Avanzada Reforzada (eFP). Una misión en la que España también despliega carros de combate «Leopard» 2E, vehículos «Pizarro», artillería y la citada batería de misiles para dar seguridad a una base aérea.

Mientras, dos buques de la Armada están integrados en dos de las cuatro agrupaciones navales permanentes de la Alianza. En el área del Mar Báltico se encuentra la fragata «Álvaro de Bazán» con sus 216 efectivos, encuadrada en la Agrupación de Superficie nº1 (SNMG-1). Y en el Mediterráneo está el cazaminas «Tajo» y sus 46 uniformados, desplegada en el Grupo de Medidas Contraminas nº2 (SNMCMG-2). Estas agrupaciones constituyen la primera fuerza de respuesta naval de la Alianza ante una crisis.