Diada

El 11-S ahonda la división separatista

ERC y JxCat no compartirán espacio en la manifestación independentista organizada por la ANC.. La entidad, por su parte, aprovechará la jornada para promocionar su campaña de boicot a empresas no separatistas

Quim Torra, junto a Pere Aragonès y el resto de los consellers del Govern. EFE/Toni Albir
Quim Torra, junto a Pere Aragonès y el resto de los consellers del Govern. EFE/Toni Albirlarazon

ERC y JxCat no compartirán espacio en la manifestación independentista organizada por la ANC. La entidad, por su parte, aprovechará la jornada para promocionar su campaña de boicot a empresas no separatistas.

Los partidos independentistas apelaron a la Diada como punto de inflexión para corregir la dinámica de desencuentros y recoser la unidad, pero lejos de conseguirlo, darán hoy una nueva muestra de división en la manifestación independentista organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC). A diferencia de otras ediciones, JxCat y ERC no compartirán espacio en la cabecera: los neoconvergentes estarán en la cabeza –tramo 1– junto a la CUP, mientras que los republicanos estarán más rezagados –en el 12–.

La ANC ha inducido a los partidos a estar separados porque ha vetado a los políticos de las áreas reservadas como señal de descontento por su gestión, pero ni ERC ni JxCat parecen haber hecho los esfuerzos suficientes para aparecer juntos. «Cada uno va al lugar que ha considerado», esgrimieron ayer desde Esquerra, que se ha convertido en el principal blanco del independentismo más radical durante las últimas semanas y es el partido que mayores temores alberga ante la posibilidad de sufrir algún tipo de protesta. De hecho, algunos dirigentes de peso de los republicanos, entre ellos el ex conseller Josep Huguet, habían amenazado semanas atrás con no concurrir ante la «música antipartidos y, especialmente, antiERC» que estaba tomando la movilización de este año.

Pero no solo la disposición de los partidos en la movilización es un reflejo de la división, también la agenda. Esquerra incluirá este año un acto propio en el parque Joan Miró de Barcelona, horas antes de la movilización de la ANC, donde intervendrán los primeros espadas, Marta Rovira, Pere Aragonès, Roger Torrent, Gabriel Rufián o Ernest Maragall. JxCat, en cambio, no tiene previsto ningún acto político propio –participará en uno a las 12 horas organizado por Òmnium–.

La manifestación independendista, este año bajo el lema de «Objetivo Independencia», arrancará a las 17.14 horas y se desallorará en Plaza España y las calles adyacentes. Por segundo año consecutivo, Ada Colau y los «comunes» no concurrirán. A pesar de que el balance de inscritos durante las últimas semanas amenazaba con un desplome en la participación, al cierre de esta edición ya se habían apuntado 400.000 personas, algo menos que el año pasado –fueron 460.000–, pero ha conseguido maquillar las malas perspectivas. La jornada, que arrancará con la ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova –PP y C's no participarán pero sí el PSC–, concluirá con el acto institucional en el Palau de la Generalitat, programado para las 22 horas y presidido por Quim Torra y Roger Torrent. Este acto, del que se han desmarcado los tres partidos constitucionalistas, ha despertado mucha controversia ya que estará dedicado a los presos. Bajo el título de «Tornarem» (Volveremos), reivindicará la «resistencia colectiva» y la libertad de «los presos y exiliados políticos». Poco antes, a las 20 horas, la CUP encabezará la manifestación de la izquierda independentista donde habitualmente queman imágenes del Rey Felipe VI y banderas de España.

Más allá de todos los actos, la ANC también aprovechará la Diada para promover sus inciativas. Una de ellas es la campaña de «Consumo estratégico», un buscador que tiene como objetivo registrar a las empresas más afines al «procés» para promocionarlas y boicotear al resto de compañías que no se hayan posicionado o estén en contra del independentismo. En este sentido, a lo largo de la mañana, la entidad separatista establecerá puntos en algunas zonas de Barcelona para que los ciudadanos tomen conciencia e incluso puedan hacer cambios de contratos con empresas. La ANC, por tanto, lejos de recular tras toda la controversia que ha desatado esta campaña ypese a que la patronal catalana, Foment del Treball, presentó una denuncia en julio ante la Autoridad Catalana de la Competència (Acco) al considerar que la iniciativa fomenta «una conducta anticompetitiva prohibida porque es contraria a la buena fe», sigue adelante. De hecho, ayer «La Vanguardia» avanzó que tiene previsto impulsar una moción entre Ayuntamientos catalanes para que solo contraten a empresas afines al separatismo –algo que no se regiría por la Ley–.

Sin referencia a la sentencia del «procés» ni al juicio por los lazos amarillos previsto para finales de septiembre, Quim Torra pronunció ayer un discurso dirigido a recuperar la inicativa. «Cada derecho que nos sea negado, habrá que volver a ejercerlo», aseguró, en una alusión velada al fallo del Tribunal Supremo y a volver a ejercer la autodeterminación, durante el tradicional discurso con motivo de la Diada en el Palau de la Generalitat, donde compareció con un lazo amarillo en la solapa y una «senyera» de fondo. En este sentido, recordó que «los pueblos forman parte de los estados por dos vías: por voluntad o por imposición; por adhesión o por represión», y agregó que solo hay una vía para resolver la «disyuntiva»: «ejerciendo el derecho de autodeterminación». Torra, pese al contexto y la voluntad por regresar a la confrontación que ha proyectado durante las últimas semanas, eludió hacer alusiones directas a la desobediencia aunque avisó al Estado de que «la construcción de un país» solo se puede «hacer segando cadenas». Finalmente, concluyó con una apelación a reconstruir la unidad.