El desafío independentista
El 41,9% reconoce tensiones en su entorno familiar por el independentismo
Las grandes manifestaciones de las dos pasadas Diadas, la consulta del 9 de noviembre y el proceso soberanista en su conjunto es descrito por sus gerifaltes como un movimiento social desenfadado y festivo. Es evidente la intención de los líderes, tanto políticos como en la sociedad civil, de presentar bajo una luz amable y liberadora un proyecto que, de hecho, es percibido por buena parte de la sociedad catalana como una ruptura de la convivencia entre catalanes con distintas opiniones sobre este tema. Así lo pone de manifiesto la encuesta de NC Report que publica hoy LA RAZÓN, donde un 41% de los encuestados reconoce que el proceso soberanista ha creado tensiones entre las personas de su entorno. El porcentaje es aún mayor entre los encuestados mayores de 65 años, precisamente las personas más dependientes a priori de su entorno familiar más cercano. En este tramo de edad, casi la mitad (concretamente un 48,5%) de los encuestados reconocieron que la consulta del 9 de noviembre no está haciendo las cosas más fáciles. Es el otro coste del proceso soberanista del nacionalismo catalán. En tramo de edad que comprende a los encuestados más jóvenes (entre los 16 y los 29 años) la tendencia se invierte. Un 58,7% de los participantes en el estudio afirmó que en su entorno más cercano no está creando tensiones el proceso soberanista, frente a un 36,7% que contestó a la pregunta en sentido contrario.
Las tensiones sociales y familiares que está creando el proceso soberanista y la inminente consulta del 9-N son aún más fútiles si se comparan con la opinión de los catalanes sobre cuál debería ser la prioridad del Ejecutivo autonómico liderado por Artur Mas. De hecho, la contestación a esta pregunta es la que ofreció un resultado más claro... y en la que la deriva independentista del nacionalismo catalán queda más en entredicho. Nada menos que un 65,3% de los encuestados opina que Artur Mas y su Gobierno se deberían centrar en salir de la crisis económica. El porcentaje de los que piensan que el principal objetivo del Ejecutivo autonómico catalán debe ser la independenicia es tan sólo del 16,6%. Sin embargo son más lo que consideran que la consulta del 9-N servirá para algo que los que piensan que no servirá para nada. En concreto, un 45,9% contestó afirmativamente a la pregunta «¿Cree que la consulta del 9-N servirá para algo?», frente a un nada despreciable 38,7% que se mostró escéptico sobre que el referéndum logre algo tangible.
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