Política

Bruselas

El Congreso, de resaca europea

Los resultados de los comicios europeos del pasado domingo han sido un severo correctivo para los partidos tradicionales, sobre todo para el PP y el PSOE, y la resaca postelectoral se mastica en los pasillos del Congreso.

Sin Mariano Rajoy, de viaje en Bruselas, y con Alfredo Pérez Rubalcaba en franca retirada y ausente de la sesión de control, la Cámara Baja ha vivido hoy uno de esos días raros en los que casi nadie atiende lo que se debate dentro del hemiciclo.

El candidato europeo del PP, Miguel Arias Cañete, ha reaparecido en el Congreso y se ha sentado en la "zona VIP"junto a la dirección del grupo popular y justo detrás del banco azul, el reservado para los ministros, como su sucesora en Agricultura, Isabel García Tejerina, que se ha estrenado hoy en la sesión de control.

Cañete, con gesto serio y perseguido por los pasillos, no ha aclarado si ya se da por descartado para ser comisario europeo, como se ha sugerido en las últimas horas.

"No sé, pregúntele usted al señor Rajoy", ha respondido cortante a los periodistas, a los que ha dicho que él está ahora dedicado a organizar el grupo de eurodiputados del PP.

Hasta que se marche a Estrasburgo, Cañete se quedará a resguardo en el Congreso, al igual que la candidata del PSOE, Elena Valenciano, que hoy ha vuelto a sentarse en su escaño, justo encima de Rubalcaba, hoy desaparecido.

Eso dentro del hemiciclo, porque fuera, en el pasillo y en el patio, hoy mojado por la lluvia, se han visto corrillos, conversaciones a media voz, caras de preocupación, confidencias, análisis y nervios, muchos nervios.

Los más activos, y no es para menos, han sido los diputados del PSOE, algo aturdidos por la crisis interna y acuciados por la premura del calendario de un congreso extraordinario previsto para dentro de mes y medio.

En ese ambiente, los "protocandidatos"con acta de diputado y que tienen la suerte de poder pasear palmito por el "mentidero"del Congreso, han aprovechado la sesión para enseñar sus cartas y por qué no, para empezar a hacer campaña.

Eduardo Madina, bien situado en la carrera por el liderazgo del PSOE -con permiso eso sí de la presidenta andaluza, Susana Díaz- ha puesto toda la carne en el asador y ha lanzado un órdago a la grande.

Lo ha dicho claro: Que no cuenten con él si no hay una elección directa del secretario general por parte de los militantes.

No quiere componendas ni congresos a la búlgara que desactiven después las primarias abiertas, de las que el PSOE lleva hablando dos años.

Lo que pide Madina, y parece estar dispuesta a aceptar la actual dirección del PSOE, es que haya una consulta entre los militantes para elegir secretario general antes del congreso y después, ya en otoño, otras primarias abiertas para el candidato a la presidencia del Gobierno.

Otro de los que también ha pedido esta "doble vuelta"para elegir líder del PSOE es el diputado Pedro Sánchez, que también suena para suceder a Rubalcaba.

"Hay ganas de cambio y los militantes quieren protagonizar ese cambio", avisa.

Les ha replicado Manuel Chaves, "viejo zorro"en anteriores crisis socialistas, que les ha dicho bien claro que eso del voto directo de los militantes está muy bien, pero que primero hay que cumplir los estatutos del partido. Y esa consulta directa para escoger secretario general no viene en ningún papel.

Hasta José Bono se ha dejado caer por el Congreso como quien no quiere la cosa para intentar medrar también en el debate.

Por lo visto venía a renovar el pasaporte en la comisaría de la Cámara, pero de paso ha dicho a los periodistas que hay que acabar con la "jaula de grillos"y el "pase de modelos"en el que se ha convertido estos días su partido. Ahí es nada.

Hoy, miércoles, tres días después de las elecciones europeas, había sesión de control en el Congreso, aunque esa es otra historia.