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El coste del 10-N: 74,9 millones solo en propaganda electoral

El coste del bloqueo político Incluso con una campaña reducida ocho días, el gasto electoral provoca la indignación y eleva a 112.000 la lista de votantes que no quieren recibir envíos.

Change.org ofrece su plataforma a esta campaña para que los diputados renuncien a su indemnización
Change.org ofrece su plataforma a esta campaña para que los diputados renuncien a su indemnizaciónlarazon

El coste del bloqueo político Incluso con una campaña reducida ocho días, el gasto electoral provoca la indignación y eleva a 112.000 la lista de votantes que no quieren recibir envíos.

Es prácticamente imposible calcular el coste económico que el bloqueo institucional causado por la incapacidad para pactar de los partidos tendrá en la economía de un país sin Gobierno. Sin embargo una partida de ese coste que sí que puede saberse hasta el último céntimo: la factura que tendrá para el erario público arrancar y mantener a pleno rendimiento la compleja maquinaria electoral para que los españoles puedan volver a mostrar sus preferencias políticas el próximo 10 de noviembre. Como ya sucedió en las elecciones del 28 de abril (que tampoco estaban previstas) el Consejo de Ministros se verá obligado a aprobar una ampliación de crédito de 139 millones de euros. Y esto no es todo, a esta cifra hay que añadir la cantidad total de las subvenciones a los partidos políticos que en las últimas elecciones en las que se tienen datos oficiales (el 26-J de 2016) ascendió a 44,3 millones de euros. Sea como fuere una de las partidas de este gasto total que más polémica levanta es la ingente cantidad que se destina al envío postal de propaganda hasta el punto de que el Instituto Nacional de Estadística cuenta ya con un listado de 112.000 personas que han solicitado dejar de recibir este tipo de comunicaciones cada vez que hay elecciones generales. De la ampliación de crédito que aprobará el Gobierno (si se repiten las cifras del 28-A) se destinará nada menos que un 40,6% a correos para envíos postales, un porcentaje que supone 56,5 millones de euros. Pero eso no es todo: a esta cifra hay que sumarle lo que por su cuenta y riesgo pagan los partidos políticos para sus mailing.

Debido a que el Tribunal de Cuentas tarda normalmente nueve meses en recibir toda la información de los partidos políticos y en elaborar el informe aún no existen datos oficiales sobre cuánto dinero se gastaron los partidos políticos en la campaña electoral del 28 de abril. El último informe oficial es el correspondiente al 26 de junio de 2016 y aquella cita con las urnas los partidos se gastaron 44,3 millones de euros, de los cuales 25,8 se dedicaron a gastos ordinarios de campaña y los 18,4 restantes a pagar la factura del envío de propaganda electoral. Cierto es que toda esta cantidad no repercute a las arcas del Estado porque de esos 44 millones que gastaron los partidos 11,7 procedieron de aportaciones privadas, 22,8 de créditos de la banca y 14 de adelantos sobre subvenciones electorales. Sea como fuere esos 18,4 millones dedicados a mailings de partidos sumada a los 56,5 millones gastados por el Estado arroja un costo total de 74,9 millones de euros en propaganda electoral.

En cualquier caso no hay que perder de vista que esta cifra probablemente crezca significativamente el 10-N porque desde las últimas generales un nuevo partido político ha irrumpido en el panorama político español, Vox. Así ha venido sucediendo desde que la evolución de nuestro sistema de partidos ha producido una mayor fragmentación de las opciones preferidas por los electores y, por ello mismo, el mayor número de papeletas y sobres que hay que enviar. Basta para constatar esto último la subida que experimentó el mailing masivo entre los 38,4 millones de 2011 (cuando el bipartidismo seguía siendo ley) y los 49,2 de diciembre de 2015 tras la aparición de Podemos.