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El currículum de 2012

La Razón
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Algunos años pueden definirse por el último anuncio de televisión antes de las campanadas. En varias cadenas este «spot» es el que protagoniza Fofito con el currículum de España, una sugerente imagen para cerrar un año más difícil y complicado de lo que pensaba Mariano Rajoy cuando formó Gobierno. Con este 2012 ya van cinco años de profunda crisis y se despide con casi seis millones de parados, la llaga más dolorosa de la recesión. El Gobierno cree que la reforma laboral está comenzando a dar algunos frutos que se concretarán en el año próximo. En el sector privado la destrucción de empleo se ha ralentizado, pero se ha acelerado en el sector público, con los ajustes. Los sindicatos no esperaron mucho para convocar dos huelgas generales, la primera en tiempo récord, ya en primavera.

El principal objetivo de Rajoy ha sido poner las cuentas públicas en orden. El déficit encontrado superaba el 9% con el colapso financiero cerca. Las autonomías, que conocen la «sequía» del mercado, han sobrevivido con el Plan de Proveedores y el Fondo de Liquidez de Hacienda, prácticamente el único «banco» al que pueden acudir. Embridar el déficit ha supuesto un ajuste de unos 70.000 millones de euros, unido a la subida de impuestos: IRPF, Impuesto de Sociedades y el IVA tras el verano. «Haré lo que tenga que hacer, aunque hubiera dicho que no lo iba a hacer», esta frase de Rajoy alcanzaba todo su significado cuando arreciaban los ataques que disparaban los costes financieros en los mercados de deuda.

La mayoría de los países occidentales apuntalaron sus bancos en 2008, en España se decidió esperar y ver. En 2012 se necesitaron tres reformas, la última con el aval de Europa y 40.000 millones comunitarios para nacionalizar y recapitalizar a buena parte de las antiguas Cajas. De propina, llegaba el «banco malo» para limpiar de ladrillo visto y no visto los balances de las entidades y hacer que regresen a su negocio: dar préstamos.

La lentitud de la Unión Europea es una tradición, pero el Banco Central, que dirige Mario Draghi, insufló oxígeno al proponer comprar deuda ilimitada del país que solicitara ayuda. España no ha necesitado llamar a la puerta del BCE para lograr crédito y el año deja sobre la mesa algunos signos positivos. 2012 ha sido uno de los ejercicios con mayor afluencia de turistas extranjeros. La industria del automóvil ha logrado atraer nueva inversión y espera fabricar más de 2,2 millones de coches en 2013. La balanza comercial no estaba tan boyante desde 1972 gracias a las exportaciones. Son briznas de esperanza hasta que el crédito fluya y el empleo crezca, pero, al menos, sirven como pinceladas de optimismo en el currículum de Fofito.