El saqueo sindical

El encargado de finanzas de UGT gestiona cuatro empresas de cursos de formación

Manuel Mora Moreno es secretario de Finanzas de UGT
Manuel Mora Moreno es secretario de Finanzas de UGTlarazon

En pleno escándalo por el presunto desvío de fondos por parte de la Unión General de Trabajadores (UGT), de gastos absurdos cargados con facturas infladas a la Administración y de sospechas sobre el uso indebido de las subvenciones destinadas a los cursos de formación, resulta llamativo que Manuel Mora Moreno, uno de los principales dirigentes de la central que dirige Cándido Méndez, figure como «consejero o administrador único» de cuatro empresas dedicadas precisamente a impartir cursos de formación con cargo a subvenciones. Y es que Moreno, secretario de Administración y Finanzas de la Comisión Ejecutiva Federal de la Federación de Servicios Públicos (FSP), es el mismo que administra la central de compras Artensa, con la que FSP cargó en 2011 al Ayuntamiento de Alcorcón, todavía gobernado por el socialista Enrique Cascallana, facturas infladas e incluso un local a la central sindical antes siquiera de constituir la fundación para la que iba destinada.

En concreto, el «número tres» de esta Ejecutiva Federal figura como consejero y consejero del mancomunado de Foro de Formación y Ediciones S. L. desde el 17 de enero de 2003, según consta en los datos del registro mercantil. Una empresa que da empleo a 101 personas, que tuvo el nada despreciable volumen de negocio de más de 8,5 millones de euros en 2010 con un objeto social de «dedicarse profesionalmente y, en interés de cualquier persona física o jurídica, públicas o privadas, con la organización adecuada y las debidas autorizaciones, a crear, preparar, ejecutar y distribuir campañas», así como a «la realización de proyectos y estudios y dictámenes sobre la prevención de riesgos laborales».

Las otras tres empresas de las que Manuel Mora consta como administrador único son filiales de la empresa matriz con sede en Madrid. Los lazos de esta empresa especializada en la gestión, control y el seguimiento de planes de formación pasan no sólo por la capital, sino que tiene sedes en Toledo, Valladolid e incluso Santa Cruz de Tenerife.

En Canarias

Así, por ejemplo, la entidad denominada Foro de Formación y Ediciones de Castilla-La Mancha S.L. fue constituida el 3 de noviembre de 2010 con un capital social de 3.010 euros, pero sus ventas ya ascienden a 768.101 euros, según los últimos datos del Registro Mercantil. Una empresa que también tiene la gestión de los cursos de formación como una de sus principales actividades. Y lo mismo ocurre con la «delegación» de esta empresa en las Islas Canarias bajo el nombre de Foro de Formación y Ediciones de las Islas Canarias S. L., constituida el 14 de septiembre de 2011 en términos similares a la anterior, y cuya cifra de ventas asciende a 757.152 euros. En estas dos entidades, además, figura una segunda persona que ejerce de apoderado y que en ambas se trata de la misma persona: Jesús Alejandro Prado Pérez.

La tercera de las sociedades delegadas, Foro de Formación y Ediciones Castilla y León S. L., es la más antigua de las tres y por la que más personas han pasado desde su constitución en 2003. En la actualidad, como en las otras dos filiales, Manuel Mora tan sólo figura como consejero y consejero mancomunado. Pero llegó a ser presidente de la entidad en un periodo breve de 2012, cargo que ahora ostenta Carmen Amez Revuelta, otra dirigente regional de UGT. De hecho, Amez Revuelta, médico de profesión y encargada hasta ahora de la Secretaría de Sanidad de la FSP-UGT de León, fue elegida en junio de 2011 como nueva secretaria general de la federación. Los últimos datos con los que cuenta el Registro Mercantil cifran su facturación anual en 405.300 euros.

En total, las cuatro empresas en las que el sindicalista Manuel Mora Moreno tiene una participación destacada facturan un montante de 10,44 millones de euros. Y sólo entre las tres filiales repartidas por todo el territorio nacional, la cifra asciende a 1,93 millones.

Aunque la versión de los sindicatos es que su financiación proviene en su mayoría de las cuotas de sus afiliados, la realidad es que los cursos de formación son uno de los pilares de su financiación, junto con la negociación colectiva y la gestión de los expedientes de regulación de empleo, los famosos ERE, que precisamente dan nombre a una trama de corrupción. Conocer las cifras de ayudas sobre estos cursos es una incógnita, entre otras cuestiones, porque ha de pasar por la Fundación Tripartita. Pero es innegable que los sindicatos tienen el control de un negocio apetitoso y de muy difícil fiscalización.