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El Gobierno, tras la cita con Torra: «El referéndum no ha sido el asunto protagonista»

Moncloa emplaza a una próxima reunión entre Sánchez y el president a que se den “resultados” en las comisiones bilaterales

Torra y Sánchez miran un libro sobre el Palacio de la Moncloa tras la reunión que ambos han mantenido este mañana en Madrid. (Twitter)
Torra y Sánchez miran un libro sobre el Palacio de la Moncloa tras la reunión que ambos han mantenido este mañana en Madrid. (Twitter)larazon

Moncloa emplaza a una próxima reunión entre Sánchez y el president a que se den “resultados” en las comisiones bilaterales

El Gobierno había medido sus expectativas respecto a la cita con Quim Torra y quizá por ello resolvió tras el encuentro que la reunión había ido «mejor de lo esperado». En el Ejecutivo primaba una mezcla de esperanza, ante la «extraordinaria oportunidad» que se presentaba, y cautela por la actitud y el monopolio del discurso independentista que pudiera hacer el president de la Generalitat. De ahí que, en varias ocasiones, fuentes gubernamentales hicieran hincapié en lo dilatado del encuentro, más de dos horas de duración, y en la «predisposición» «constructiva» y «razonable» de Torra para explicitar las «buenas sensaciones» con que habían acabado la reunión, «salvando –eso sí– las posiciones y lugares no compartidos» entre ambos. Más, si cabe, cuando el president de la Generalitat había reconocido hace escasas fechas que limitaría su conversación con Sánchez a la autodeterminación y a exigir la excarcelación de los presos del «procés». «El referéndum no ha sido el asunto protagonista», reconocían en Moncloa. A pesar de que no fuera prioritario, Torra sí planteó a Sánchez ambos extremos. Ante la autodeterminación, el jefe del Ejecutivo recondujo la conversación hacia el «altísimo autogobierno» de Cataluña y enarboló el artículo 2 de la Constitución que defiende que España es un «solo estado», pero reconoce la diversidad territorial como un derecho. Y sobre la excarcelación expresó su máximo respeto a la legalidad y a la acción e independencia de la Justicia, negando que existan presos políticos.

 

«Este ha sido un primer paso, ahora hay que hacer camino», señalaban fuentes de Moncloa. Aunque desde el Ejecutivo también confiesan que «no se pueden lanzar las campanas al vuelto», sí se muestran «satisfechos» por el rumbo que tomó la reunión, un encuentro de «trabajo» en el que se pudo avanzar en cuestiones «que interesan a los catalanes», con la puesta en marcha de las comisiones bilaterales entre el Estado y la Generalitat, que recogía el Estatut y que llevan desde 2011 sin reunirse. «Siete años de desencuentros con los que hay que acabar», señaló la vicepresidenta del Gobierno, la encargada de dar cuenta por parte del Ejecutivo de los pormenores del encuentro. Estas comisiones tratarán estructuras de transferencias, infraestructuras y temas presupuestarios y al frente de las mismas se pondrán la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, –por el Gobierno– y el conseller de Acción Exterior y Asuntos Internacionales, Ernest Maragall (ERC), por la Generalitat.

De los «resultados» que arrojen estas comisiones, que comenzarán a trabajar «rápidamente» dependerá la próxima cita entre Sánchez y Torra. Una reunión que se prevé para el otoño en Barcelona. Desde el Gobierno también se destacó la «fluidez» del encuentro y la «particular importancia» de afrontar «la crisis política que vive Cataluña con una respuesta política» y con la «normalización de las relaciones con el Govern legítimo». Dentro de esa comunicación fluida, el Ejecutivo se comprometió a levantar los vetos que pesan sobre las leyes sociales catalanas concernientes a la pobreza energética, el cambio climático y la universalidad de la sanidad, además de promover otras políticas sociales en materia de dependencia, empleo o el impulso al Corredor Mediterráneo. Atendiendo a la «lealtad de las relaciones», también se pactó la presencia del Gobierno central en los actos del aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto. Sobre la eventual asistencia del Rey a los mismos, Carmen Calvo reconoció que no se habló de esto porque es el jefe del Estado y su presencia no es objeto de debate alguno.

El Gobierno expresó su voluntad de «sostener este clima» y contribuir para crear un espacio de entendimiento mejor del que había hasta ahora. «A otro gobierno le han hecho dos referéndums y nosotros en un mes y dos días hemos recibido a Torra», destacó Calvo, que –con realismo– reconoció que ambas partes «están dispuestas a escuchar, conscientes del proyecto y las líneas rojas de cada uno».