Elecciones andaluzas

El entorno de Susana Díaz alienta que el PSOE permita gobernar al PP

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ayer en los actos de homenaje al Holocausto en el Senado
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ayer en los actos de homenaje al Holocausto en el Senadolarazon

A sólo 48 horas del Comité Federal del PSOE, aumenta la presión de diversos sectores del partido para que los socialistas actúen con altura de miras y permitan un gobierno «corto» del Partido Popular, ante su futura incapacidad para llegar a entendimiento alguno con Podemos. La tesis choca diametralmente con la estrategia del líder del PSOE, Pedro Sánchez, que intentará por todos los medios alcanzar La Moncloa, consciente de que en su partido no le permitirán liderar cualquier otra vía alternativa. Sin embargo, cada vez son más las voces que defienden una abstención y el que fuera un grito aislado de la vieja guardia ha encontrado ahora su eco en la federación más numerosas de los socialistas.

Se trata de la primera vez que un peso pesado de Susana Díaz clama en público por permitir gobernar al PP, porque «tal como está el patio», «el PSOE tiene que ir a la oposición». Estas declaraciones, de boca del presidente del PSOE de Sevilla y de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, Fernando Rodríguez Villalobos, uno de los hombres de máxima confianza de la presidenta andaluza, dan una idea de que la tesis que parecía minoritaria va tomando cuerpo a medida que se acerca la investidura de Sánchez. Lo que en público parece una opinión discordante, es un clamor en los círculos privados del socialismo andaluz, que –no obstante– defienden que este gesto del PSOE tendría que venir indubitadamente acompañado de una renuncia de Mariano Rajoy como candidato y del fracaso de las conversaciones con Podemos.

Tras la endiablada aritmética parlamentaria que alumbraron los comicios del 20 de diciembre, en Andalucía se impuso un mantra claro: vetar cualquier posibilidad de pacto con Podemos e ir alentando la posibilidad de que el PSOE ocupara el lugar que le habían marcado los ciudadanos en la oposición, para «rearmarse» hasta que pasara el «sarampión» de los de Pablo Iglesias. Susana Díaz descarta de plano la convocatoria de unas nuevas elecciones, porque entiende que se trata de un error estratégico «que contribuiría a la inestabilidad». «En ese escenario estaría prácticamente asegurado que Podemos mejoraría sus resultados y explotaría el discurso de que son la verdadera fuerza del cambio». Sin embargo, permitir gobernar al PP supone un alto precio para los socialistas, que han basado toda su campaña en un ataque frontal a los populares y en escenificar las diferencias que los separan, para rebatir el discurso de Podemos de que «son lo mismo». «Hemos errado en el punto de partida, nuestra oposición rotunda al PP nos deja ahora sin margen de maniobra ni credibilidad ante el electorado», comenta un dirigente socialista a LA RAZÓN, al tiempo que señala que «hubiera sido preferible puntualizar que con el PP actual no, y obligarles así a regenerarse, a hacer primarias o a renunciar a Mariano Rajoy como candidato». Unos cambios que habrían servido para vender su abstención ante las bases. Díaz, no obstante, confía en que la buena sintonía que tiene con la militancia le permita convencerles de que lo mejor para el PSOE es retomar la senda institucional de la que pretende apartarles Sánchez con sus extravagantes pactos con Podemos y los soberanistas.

«¿Te imaginas a un PP gobernando y que sea el PSOE el que le fuerce a retirar sus leyes más polémicas o a aprobar las que llevamos nosotros en el programa?», idealiza un dirigente socialista, seguro de que esta situación le garantizaría a su partido la victoria en las próximas elecciones. De momento en el partido no se va a dar un volantazo en la hoja de ruta, ayer Sánchez contestó al ex presidente Felipe González y su plan para que el PSOE permita gobernar al PP, que «no hay ningún argumento para que los socialistas apoyen, por activa o por pasiva» al «partido de la corrupción».