Política

PSOE

Sánchez: del cierre de filas a forzar la salida de Montón en cuatro horas

Segunda dimisión en el Ejecutivo en 100 días de Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante la sesión de control del Gobierno que tiene lugar esta tarde en el Senado. EFE/Kiko Huesca
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante la sesión de control del Gobierno que tiene lugar esta tarde en el Senado. EFE/Kiko Huescalarazon

A las 17:00 horas, Sánchez alabó el trabajo de la ministra y aseguró su continuidad. A las 21:20 horas, Montón comparecía ante los medios y decía que «he sentido siempre el apoyo del presidente y para que esta situación no le influya le he transmitido mi dimisión».

Dos ministros en 100 días. Las similitudes del caso de Carmen Montón y Màxim Huerta son innegables. Primero en la estrategia del Gobierno, que pasó de animar a los perjudicados a explicarse hasta la saciedad ante los medios y respaldó estas explicaciones con tibieza, calificándolas de «claras y transparentes» en el caso de la titular de Sanidad y de «solventes» y «convincentes» en el de Cultura, a promover su salida del Ejecutivo en cuestión de horas. No obstante, en el caso de Montón el apoyo fue más cerrado y el propio presidente del Gobierno llegó a implicarse, asegurando su continuidad. Ahí hay también una diferencia más, al contrario que a Huerta, Sánchez sí dedicó un tuit a Montón a modo de despedida. «Gracias, Carmen, por tu compromiso con la igualdad y la justicia social. Tu decisión, valiente, te honra».

Volviendo a las similitudes, la segunda seña de identidad de ambas situaciones es que el desencadenante del final ha sido la presión interna del partido. «Pedimos nosotros la dimisión antes de que lo haga la oposición», comentaba con sorna un dirigente. Pero esta declaración da buena cuenta del ánimo que impera en el PSOE tras alcanzar el poder. Los socialistas son conscientes de la oportunidad que supone estar en el Gobierno de cara a los comicios de 2019 y no están dispuestos a dilapidar este potencial. El nivel de ejemplaridad que se han fijado, tras llegar al poder mediante una moción de censura por un caso de corrupción, es tan elevado que ningún comportamiento por debajo del mismo es admisible.

El tercer factor que ha primado en las salidas de Huerta y Montón es el miedo al desgaste. El Gobierno piensa ya en un adelanto electoral, valorando para su convocatoria encuestas que ya ha encargado. En este escenario, los deslices son inadmisibles y sobre las espaldas del Ejecutivo ya pesan numerosas rectificaciones y fallos de coordinación que están minando su credibilidad. El «efecto Moncloa» se difumina y Sánchez quiere hacer lo posible por contener la ola de ilusión y movilización que generó en el electorado su llegada al Gobierno. Estratégicamente, la salida de Montón arma de argumentos al Ejecutivo y al PSOE para desmarcarse de Pablo Casado y exigir su dimisión en caso de que avance el recorrido judicial de su máster. Una de las cuestiones que preocupaba en el partido era esta asimilación y blanquear la conducta del líder del PP. «Ahora le estamos marcando el camino», presumen.