Política

Presupuestos del Estado

Moncloa aprovecha las protestas en Cataluña para presionar y desbloquear los presupuestos

ERC y PDeCAT siguen supeditando su apoyo a gestos con los presos y la autodeterminación

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvolarazon

ERC y PDeCAT siguen supeditando su apoyo a gestos con los presos y la autodeterminación.

La rebelión en las calles de Cataluña de una población cansada de que se priorice la quimera independentista sobre sus intereses como sociedad ha resultado providencial para el Gobierno, que ha visto en esta suerte de levantamiento popular el último resorte de presión al soberanismo para que apruebe los Presupuestos Generales del Estado. El derrotismo –ligado a una prorroga presupuestaria– que se intuía la pasada semana no es tal y fuentes cercanas a Pedro Sánchez no descartan en privado promover una nueva intentona para sacar adelante las cuentas en enero, en función de cómo avancen los acontecimientos y, en concreto, la cita entre Pedro Sánchez y Quim Torra del próximo 21 de diciembre en Barcelona, que actualmente está en el aire.

Mientras tanto, desde diversos niveles del Gobierno se aprovecha el incendio doméstico del soberanismo para atornillar a los partidos que lo representan en Madrid, instando a olvidar las exigencias relativas a los presos del «procés» para priorizar los intereses de los catalanes: «Para eso gobiernan y los eligieron». «A los ciudadanos siempre hay que escucharlos y a los problemas darles respuesta y el Gobierno español está en esa disposición. Por eso estamos haciendo unos Presupuestos Generales que serán buenos para Cataluña», reivindicó la vicepresidenta Carmen Calvo ayer en un acto contra la violencia de género en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Desde el Ejecutivo se defiende que las cuentas regarán con una inversión de hasta 2.200 millones de euros a Cataluña. Con este argumento desde el Ministerio de Hacienda se pretende atraer a ERC, apelando al pragmatismo de su líder, Oriol Junqueras; cuyo voto a favor es imprescindible para que las cuentas prosperen –con la abstención del PDeCAT–. También sobrevuela la posibilidad de un pacto a tres, con la eventualidad de prestar apoyos de ida y vuelta para aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno.

Si bien, a pesar del agitado escenario que han arrojado las últimas movilizaciones sobre Cataluña, ERC y PDeCAT se mantienen en sus trece y permanecen lejos de cambiar de criterio sobre los Presupuestos Generales del Estado. Es más, el vicepresidente del Govern y hombre fuerte del partido republicano, Pere Aragonès, replicó ayer al Gobierno que los 2.200 millones de euros que contemplan invertir en la autonomía si se aprobaran las cuentas son ya de obligado cumplimiento por Ley y aseguró que son partidas que se pueden destinar sin necesidad de estar incluidas en los PGE. «Son recursos que vienen por mandato legal y no dependen de decisiones políticas», afirmó a la conclusión de la primera reunión con los «comunes» para abordar la aprobación de los presupuestos de la Generalitat. Desde Esquerra siguen insistiendo en la necesidad de gestos con los presos para acceder a cualquier negociación. Un argumento parecido se remite desde las filas del PDeCAT: presos y referéndum de autodeterminación para cambiar de posición. De esta manera, las nuevas intentonas del Gobierno para obtener el respaldo a sus cuentas siguen lejos de fructificar a pesar del contexto. En este sentido, los «comunes», único aliado posible para aprobar los presupuestos de la Generalitat, también están aprovechando la negociación para redoblar la presión sobre los partidos independentistas.