Caso Bárcenas
El Gobierno reivindica sus reformas frente al «caso Bárcenas»
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha recalcado la «honestidad» del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, que cuenta con el «apoyo» y «la confianza de todo su equipo".
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afrontó ayer las preguntas sobre el «caso Bárcenas» con una contundente defensa del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy. De su honestidad y rectitud personal, y de su vocación al servicio del interés general desde todas las responsabilidades públicas que ha ejercido en su larga carrera política.
La rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que aprobó la reforma energética quedó ayer en el plano político completamente monopolizada por las preguntas sobre las novedades que afectan al ex tesorero del PP Luis Bárcenas. El lunes ha sido citado de nuevo a declarar por el juez Ruz para ver si rectifica la declaración inicial en la que negaba la autoría de los «papeles», de los que ahora se han conocido los originales. También hasta ahora ha negado la existencia de una doble contabilidad en el PP.
Sáenz de Santamaría respondió a todas las preguntas blindando el apoyo a Rajoy e intentando dar imagen de normalidad en el hacer y en la situación con la que el Gobierno afronta el cambio de estrategia de Bárcenas, una vez que ya ha entrado en la cárcel. Esto último fue valorado por la vicepresidenta para resaltar que confirma que «todo está funcionando como tiene que funcionar en democracia»: los jueces, aplicando la Ley; y el Gobierno, respetando la Ley y los procedimientos judiciales, y ofreciendo su colaboración a la Justicia.
También defendió con contundencia la negativa a que Rajoy comparezca en el Congreso, como exige la oposición. La razón que esgrimió es que los hechos son los mismos que en enero, que no hay novedades en las informaciones aparecidas sobre la supuesta doble contabilidad que el PP niega. Y que el presidente del Gobierno ha dado explicaciones sobre esta polémica y ha debatido también sobre ella con la oposición en el Parlamento en enero, febrero, marzo y abril. Aludía así a las distintas ocasiones en que la oposición le ha sacado a Rajoy a relucir el «caso Bárcenas» en el Congreso.
«El presidente tiene el apoyo y la confianza de su equipo. Cada uno tiene que decidir a qué se dedica y sus prioridades en este momento que vive España», apuntó sobre la amenaza del PSOE de presentar una moción de censura. En Moncloa y en el PP no dan credibilidad a esa hipótesis con la que empezó ayer a jugar Ferraz. Sostienen que los socialistas no tienen candidato ni programa alternativo ni votos para sacarla adelante, y que son «fuegos de artificio» en su estrategia «de echarse al monte de la mano de un delincuente». A la espera de conocer la evolución judicial, y si se confirma la previsión de Génova de que el caso de los papeles se irá diluyendo «hasta quedar en nada», Bárcenas sí se ha cobrado ya la pieza de hacer saltar algunos de los puentes que en las últimas fechas se habían tendido entre el Gobierno y el PSOE.
Bajo el ruido de sables, Sáenz de Santamaría contestó al PSOE con una reivindicación rotunda de la estabilidad del Gobierno y de su capacidad reformista. Una respuesta que cabe aplicar también a las supuestas operaciones de desestabilización de Rajoy, que Moncloa y PP intuyen detrás de algunos de los últimos movimientos en el entorno de Bárcenas. «El Gobierno está trabajando como se ve con el pedazo de reforma que hoy presentamos (en alusión a la reforma energética)», respondió, cuando se le preguntó por cómo les estaba afectando el desgaste del «caso Bárcenas». «Éste es un Gobierno con estabilidad política e indudable iniciativa», añadió.
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