Crisis migratoria en Europa

El Gobierno culpa a Rajoy del caos migratorio y pide 35 millones a la UE

Piden lealtad a la oposición y critican los «viajes electoralistas» y los discursos xenófobos

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ayer durante su visita a Nuakchot (Mauritania) / Efe
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ayer durante su visita a Nuakchot (Mauritania) / Efelarazon

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pide lealtad a la oposición y critica los «viajes electoralistas» y los discursos xenófobos.

De golpe de efecto a despertar el fantasma del «efecto llamada». El Gobierno de Pedro Sánchez ubicó la política migratoria como el principal eje de actuación durante sus primeras semanas al frente de Moncloa. La acogida de las 629 personas que viajaban a bordo del buque «Aquarius», la decisión de recuperar la tarjeta sanitaria para los «sin papeles» o la determinación expresada por el Ministerio del Interior de retirar las concertinas y sustituirlas por medidas disuasorias menos dañinas fueron una primera declaración de intenciones que se ha topado con la realidad. Las últimas oleadas, auspicidadas en parte por el cierre de la vía de entrada italiana, han redoblado la presión sobre las fronteras españolas y han puesto el foco en la política migratoria del Gobierno de Pedro Sánchez, que se ha visto obligado a reconocer la excepcionalidad y poner en marcha un «plan de emergencia» para afrontar la «especial situación que se está viviendo en las últimas semanas y con la previsión de que se mantenga a lo largo del año». El objetivo es mejorar la dotación de los programas de atención en costa y de acogida humanitaria , previendo la apertura de nuevos Centros de Acogida de Emergencia y Derivación (CAED) que faciliten la identificación de necesidades de los inmigrantes durante los primeros días.

Desde Moncloa se defienden despachando la responsabilidad al anterior Ejecutivo. Fuentes gubernamentales se quejan de que en tan solo ocho semanas, han tenido que tomar medidas ante la «absoluta imprevisión» que achacan al Gabinete de Rajoy. Según sus datos, la tendencia apunta a que la presión migratoria se ha ido doblado anualmente en los últimos años. Explican que en 2017 las personas atendidas a pie de playa fueron 24.375 (un 132% más que en 2016, cuando fueron atendidas 10.490). El incremento es de un 70% si nos atenemos a la acogida, 16.211 personas en 2017, por las 9.562 de 2016. Este 2018 se mantiene la tendencia: 22.082 atendidos y 13.834 acogidos, lo que el Ejecutivo de Sánchez achaca a que el Gabinete de Rajoy no tomó medidas para poder atender adecuadamente a todos los inmigrantes que llegan a las costas andaluzas.

En este contexto, arrecian las críticas de la oposición, cuyos principales líderes –ayer Albert Rivera (Cs) y mañana Pablo Casado (PP)– visitarán la frontera para contraponer sus proyectos con los del Ejecutivo in situ. En este sentido, el Gobierno hizo ayer un llamamiento a los partidos políticos para que afronten con «lealtad, visión de Estado, prudencia e inteligencia» el problema migratorio al que tiene que hacer frente España por su condición de frontera Sur de Europa rechazando los que consideran «viajes políticos» con «fines electorales». Mientras, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya ha visitado Senegal, Mauritania y Marruecos para reforzar la cooperación y la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, visitaba ayer el albergue que se ha habilitado en Chiclana (Cádiz) para atender a las personas que cruzan el Estrecho. Especialmente contundentes se muestran desde el Gobierno con Casado y sus declaraciones agitando el miedo a la llegada de «millones de inmigrantes». Fuentes gubernamentales advierten sobre la tentación del nuevo líder del PP de «explotar discursos xenófobos» y le asimilaron con el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini.

Desde Moncloa explican que la intención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es que su primer viaje internacional –fuera de las fronteras de la Unión Europea– sea a Marruecos, como es tradición, una visita que hasta ahora no se ha podido realizar porque no se han podido cuadrar agendas con las autoridades del país vecino. No obstante, según informa Efe, el jefe del Ejecutivo tiene previsto una gira por varios países latinoamericanos cuando retome la actividad a finales de agosto, alrededor del 27 de agosto, en el que será su primer viaje a la región desde que tomó posesión de su cargo. A la espera de confirmación oficial, los países que podría incluir en esa gira, según fuentes del Gobierno, serían Chile, Colombia, Bolivia y Costa Rica.