El desafío independentista
El Govern replica: «¿Dónde está escrito que saldríamos?»
Las argucias de Artur Mas por sacar rédito al éxito de la cadena humana por la independencia han acabado reabriendo el debate sobre el futuro de Cataluña en la Unión Europea (UE). Cinco días después de la Diada, la pregunta sobre qué será de Cataluña si se independiza llegó ayer a Bruselas. La Comisión Europea aseguró que «si un territorio de un Estado comunitario declara su independencia, automáticamente deja de pertenecer a la Unión Europea». Pero la contundente respuesta no irritó en demasía al Govern. El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, admitió que «entiendo que a bote pronto haya reticencias, pero al final del camino habrá una negociación, porque tanto el Gobierno como la UE serán consecuentes con la democracia». Lo dijo con un tono tranquilo, de quien se cree convencido de que las declaraciones de la Comisión Europea son una lectura jurídica estricta para contentar al Gobierno. Homs rebatió a la Comisión Europea, que avisó de que Cataluña saldría automáticamente de la UE si se independiza, con una pregunta: «¿Dónde está escrito que saldríamos de la UE?». La respuesta llegó de la persona menos pensada, de Josep Antoni Duran Lleida, socio de Artur Mas en la federación que gobierna Cataluña. El secretario general de CiU y portavoz de los nacionalistas en el Congreso, a través de Twitter, avisó de que, «guste o no», la respuesta de Bruselas, de que una Cataluña independiente estaría fuera de la UE, es el marco que establecen los tratados. En 140 caracteres, los que ocupan un tuit, Duran abrió la enésima crisis entre Unió y Convergència, desde que Mas abrazó la «estelada». Ajeno a la disputa, el portavoz del Gobierno catalán siguió defendiendo el futuro de una Cataluña soberana y europea. Alegó que «no existe ningún manual sobre cómo crear un estado» y defendió que si logramos una mayoría a favor de la independencia, «acabará siendo una negociación política». Para lograr esta mayoría, Mas encargó en julio un manifiesto al ex presidente del Parlament e histórico dirigente de Unió Joan Rigol, con la idea de atraer apoyos al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. En el momento de constituirse, PSC y Foment del Treball se quedaron fuera de este acuerdo que suscribieron 55 entidades y que ahora busca el apoyo de una mayoría social a favor de la consulta. Rigol, que ayer expuso junto a Homs el resultado de su trabajo, ha rebajado el tono del Pacto por el Derecho a Decidir para atraer al PSC. Durante el proceso para elaborar el manifiesto, se ha visto con el PP y el PSC. Mientras los primeros mantienen que no quieren ni oír hablar de una consulta que consideran «ilegal», el PSC dijo que podrían apoyar las tesis del documento si se lleva al Parlament como resolución en el debate de política general, una idea que el Govern ve con buenos ojos. Aunque se haya prestado a apoyar la resolución, por ahora, el PSC descarta entrar en el Pacto por el Derecho a Decidir. El documento se centra en reivindicar la consulta, un derecho que Cataluña ya tiene porque «es una nación y toda nación tiene derecho a decidir su futuro político». Emplaza al diálogo con las instituciones del Estado para encontrar las salidas legales que permitan convocar la consulta. Además, casualmente, en pleno debate con Bruselas sobre el futuro de la Cataluña independiente, el manifiesto defiende que «el derecho a decidir debe significar la voluntad colectiva de integración en la UE».
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