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El Grupo Parlamentario Socialista, el último reducto crítico

Mantiene una mayoría de no afines a Sánchez que expresa su malestar por el "mediador".

El Grupo Parlamentario Socialista vivió su mayor división tras dimitir Sánchez por la abstención a Rajoy / Foto: Alberto R. Roldán
El Grupo Parlamentario Socialista vivió su mayor división tras dimitir Sánchez por la abstención a Rajoy / Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Mantiene una mayoría de no afines a Sánchez que expresa su malestar por el "mediador".

El Grupo Parlamentario Socialista es el último reducto de la resistencia a Pedro Sánchez dentro del PSOE. Tras su solvente victoria en las primarias de la formación, el ahora presidente del Gobierno redujo a la mínima expresión la contestación interna y rediseñó la estructura de la formación a su imagen y semejanza. De esta manera, se aseguraba que las traumáticas circunstancias que le tocó vivir en 2016 y que forzaron su dimisión –por su minoría de apoyos en la Ejecutiva y el Comité Federal– no se volvieran a repetir en el futuro. No obstante, el Congreso es un oasis dentro de la todopoderosa influencia sanchista, pues hasta que no se elaboren las listas –con intervención también de la dirección federal– y se produzcan las elecciones del 26-M, el equilibrio de fuerzas imperante en el grupo será el mismo que antes de las primarias.

El punto álgido de la división en el Congreso se vivió tras la salida de Sánchez en 2016, a cuenta de la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, y desde que éste se volviera a hacer con las riendas de Ferraz las voces disonantes han sido testimoniales, pero en ocasiones también se han hecho notar. El último episodio de estas divergencias ha quedado visible a raíz de la polémica del relator para Cataluña, cuando dos de los diputados «díscolos» del grupo: la ex portavoz Soraya Rodríguez y el ex presidente de Castilla-La Mancha José María Barreda mostraron su disconformidad con esta iniciativa. «Ni mediadores ni relatores. El diálogo entre el Estado y una CC AA, necesita respeto a la Constitución, al Estatuto y a las instituciones», escribió en su cuenta de Twitter Rodríguez. Por su parte, Barreda pidió «poner pie en pared» ante cuestiones «inaceptables» que demuestran que Sánchez está «cediendo una vez más» ante los independentistas.

El grueso del otrora sector crítico a Sánchez está constituido por los diputados andaluces, si bien tras perder la Junta de Andalucía, este feudo todopoderoso ha dejado de emitir señales y prefiere pasar desapercibido. Solo en caso de que se produzcan ataques directos contra Díaz, se levantan en armas. «Si el “compañero” Óscar Puente dedicara el tiempo que dedica a criticar a la compañera Susana Díaz a explicar mejor en Valladolid el proyecto del PSOE, tal vez podría recortar más de 20.000 votos (12 puntos) y cuatro concejales en que lo superó el PP en las últimas municipales», le dedicó el hombre de Díaz en Madrid, Antonio Pradas, al alcalde de Valladolid. Precisamente a cuenta del nulo diagnóstico que hizo el partido del resultado de las elecciones andaluzas también se produjo un conato de rebelión dentro del grupo tras el 2 de diciembre.

No obstante, a pesar de representar una mayoría –que en tiempos del enfrentamiento fraticida llegó a elevarse hasta el 60% en favor de Díaz–, los críticos no suponen una amenaza real para Sánchez más allá de elevar el tono cuando se producen situaciones que tambalean los cimientos del PSOE. Que nadie les espere para desestabilizar votaciones. A pesar de ser minoría, los proclives a Sánchez dirigen el grupo desde Ferraz, una crítica que también se hizo patente tras las primarias, lo que provocó que el PSOE perdiera coba en iniciativas de corte social de cara a Unidos Podemos o que se relegara de trabajos y comisiones a referentes en sus áreas por no ser afines a la dirección.

Ahora, estos críticos asumen que con la intervención en las listas de cara al 26-M, muchos no repetirán en el escaño, a menos que se haga una apuesta decidida por ellos desde sus federaciones. Lo mismo ocurre en el Parlamento europeo, desde donde también le llovieron críticas a Sánchez, de la veterana Elena Valenciano, afeando que se recurra a la mediación cuando desde Europa se han «desgañitado» contra ella.