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El «hombre de paz» que quiere romper España

Otegi ha brindado «gratis» su apoyo a Sánchez con tal de que no vuelva a gobernar la derecha e incluso ha hecho de intermediario con Puigdemont.

Arnaldo Otegi, histórico jefe del HB, durante un discurso en San Sebastián
Arnaldo Otegi, histórico jefe del HB, durante un discurso en San Sebastiánlarazon

Otegi ha brindado «gratis» su apoyo a Sánchez con tal de que no vuelva a gobernar la derecha e incluso ha hecho de intermediario con Puigdemont.

Arnaldo Otegi, el llamado «hombre de paz», coordinador general de EH Bildu y condenado en su día por formar parte de un «comando» etarra que secuestró a un industrial, despliega en las últimas semanas una intensa actividad para impulsar cualquier tipo de secesionismo, en especial el del País Vasco y dar protagonismo a su formación en detrimento del PNV. En definitiva, romper la unidad de España, la «ruptura democrática» no conseguida por ETA, como se lamentaba en su última publicación interna «Zutabe», conocida esta misma semana. La reciente sentencia del Tribunal de Estrasburgo, en la que se declara que no había tenido un juicio con todas las garantías, ha supuesto un «respaldo» (al menos eso «venden» desde la izquierda abertzale) para esa estrategia y en contra de España. Otegi ha visto, gracias a esta decisión judicial, reforzado su liderazgo y avalada dicha estrategia. De la entrevista que mantuvo en su día con el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que trató de presentar como una especie de cita para tomar el té, se conocieron en principio pocos detalles. Si algo tiene la izquierda proetarra es su incontinencia verbal cuando intenta rentabilizar lo que consideran pasos adelante del secesionismo. No se trata de fuentes mejor o peor informadas, sino de las propias palabras de Otegi: «Garantizamos a Zapatero que mantendríamos gratis en el poder a Pedro Sánchez con tal de que no vuelva a gobernar la derecha». Toda una declaración de intenciones. Días pasados, se trasladó a Bélgica para reunirse con el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Nuevamente, utilizó eufemismos: una «charla agradable», aunque a renglón seguido confesó que le había aconsejado la unidad de los independentistas catalanes porque «sin unidad es imposible hacer este proceso». En su cuenta de Twitter escribió: «Nosotros siempre con Cataluña». Detrás de toda esta estrategia, está, según observadores de la situación vasca, además de la búsqueda de protagonismo en detrimento del PNV, la de «acumular fuerzas» con el fin de que apoyen medidas a favor de los presos etarras, para los que pide una amnistía encubierta. Llama la atención el partido que Otegi saca a los dos diputados y un senador que su formación tiene en las Cortes. Sánchez fue investido con el respaldo de los proetarras y por más que el coordinador general de EH Bildu diga que fue un apoyo gratuito, la realidad es que esperan contraprestaciones para sus presos; y que sean ellos los que las rentabilicen y no el PNV. Este asunto, según las citadas fuentes, estuvo presente en la reunión que Otegi mantuvo con Zapatero el pasado 8 de septiembre. Le trasmitió la urgencia de que el Ejecutivo del PSOE adopte medidas a favor de los presos, hasta llegar a su excarcelación. Los socialistas no hicieron asco al encuentro ya que en próximas campañas electorales a nivel nacional pretenden «vender» que ETA dejó de matar gracias a ellos, a las negociaciones que mantuvieron en su momento con la banda criminal. Y para ello, Otegi es un consentidor necesario. De momento, para allanar el camino y crear un buen ambiente, se ha comprometido a «facilitar gratis» que no gobierne «la derecha española» que es tanto como garantizar la continuidad de Pedro Sánchez aunque les esté «decepcionando enormemente» en el asunto de los presos. Un aviso en público sobre lo que le dijo en privado a Zapatero. Y es que el «hombre de paz» también tiene sus problemas internos. La inquietud entre los reclusos y sus familiares estaba, en la fecha en que se produjo la entrevista con ZP, a punto de estallar y Otegi, que controla ahora todo ese mundo, tal y como adelantó este periódico, entendió que debía trasladar lo que ocurría al Ejecutivo. Por ello, tomó la iniciativa de organizar el encuentro con el expresidente del Gobierno que acogió con agrado la invitación. Aunque se ha trasladado a la opinión pública que Zapatero iba por libre y que los primeros sorprendidos fueron los inquilinos del Palacio de la Moncloa, cuesta creer que en un asunto tan delicado adoptara este tipo de iniciativas sin al menos comunicárselo a Pedro Sánchez. La reunión no evitó que cinco días después, Etxerat, la asociación que acoge a los familiares de los presos hiciera público un duro comunicado en el que, bajo el título «El Gobierno español vende humo, sigue jugando con las expectativas de la sociedad vasca y el sufrimiento de los familiares», señalara, entre otras cosas, que el Ejecutivo de Sánchez «ha jugado con las expectativas de la sociedad vasca, con sus esperanzas de dejar atrás un escenario de sufrimiento y ha jugado muy especialmente con las nuestras, añadiendo incertidumbre y frustración a una situación ya suficientemente dura. Quizá sea bueno, llegados a este punto, recordar que se encuentra en el gobierno el mismo partido que activó la dispersión, aunque, la responsabilidad ni fue ni es únicamente suya». Palabras en definitiva ya que después vinieron las declaraciones de Otegi de garantizar gratis la permanencia de Sánchez en Moncloa. Etxerat, en cualquier caso, le mandaba un mensaje envenenado al Gobierno: «El alejamiento contraviene los estándares de derecho europeos (...) queremos recordar especialmente el Informe Bergeron, aprobado en octubre de 2017 por el Parlamento Europeo con 474 votos a favor frente a los 143 que sumaban los en contra y las abstenciones. En el punto 29, el informe condena la dispersión y salió adelante con votos a favor como el del eurodiputado del PSOE.