El jefe de ETA tenía 500 euros, carecía de carnet falso y pistola

Mikel Irastorza, máximo responsable de ETA, detenido el pasado sábado en la localidad francesa de Ascain, sólo tenía en su poder 500 euros, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Mikel Irastorza, máximo responsable de ETA, detenido el pasado sábado en la localidad francesa de Ascain, sólo tenía en su poder 500 euros, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. Con ocasión del arresto de otros cabecillas, las cantidades de dinero que fueron encontradas en su poder eran bastante importantes, por lo que ha llamado la atención que Irastorza no dispusiera de un fondo de resistencia mayor.

Por no tener, tampoco disponía de documentación falsa ni de un arma corta, algo impensable en los comportamientos internos de la banda criminal.

Se han dado casos en que los dirigentes terroristas disponían de hasta seis juegos de documentaciones falsas, que incluían carnets de identidad, pasaportes, permisos de conducir, tarjetas de la seguridad social, y un largo etcétera, que incluía pegatinas y papeles para colocar en los coches robados.

La pistola o revólver es algo consustancial a los jefes de ETA desde la creación de la banda. Además, al ser detenidos en Francia, se les condenaba por tenencia ilícita de armas, con lo que se alargaba el periodo de prisión y la fecha de su entrega a las autoridades españolas.

Las citadas fuentes han señalado que ya se tenían noticias del mal momento por el que pasaba el «aparato de falsificación», sobre todo por la falta de materiales con los que confeccionar las «papelas chungas» (en la terminología policial).

En poder de Irastorza se encontró abundante material telemático, como pen drives, discos duros, etcétera, cuyo contenido se halla encriptado.

Los expertos creen que en los últimos tiempos se dedicaba, además de redactar los comunicados que la banda hacía públicos, a escribir una serie de directrices en colaboración con la parte del «aparato político» que, tal y como publicó ayer este periódico, se sospecha que está en España, en el País Vasco o Navarra.

Este individuo, un auténtico fanático como «comisario político» de ETA, llegó a ser «responsable nacional» de Ekin, una organización que anunció su disolución en 2011 aunque sus miembros más destacados huyeron a Francia para incorporarse a la banda. De hecho, constituyen la única cantera con la que cuenta la organización criminal.

Su paso por la «jefatura» etarra se ha desarrollado sin pena ni gloria, ya que no ha logrado ningún avance en los objetivos que actualmente se han marcado los terroristas, en especial los relativos a lograr una negociación con los gobiernos de España y Francia.

Las fuentes consultadas no descartan que entre el material encontrado en su poder se encuentre alguna pista de dónde están los zulos en los que ETA esconde las armas y explosivos que les quedan.

El hecho de que los dispositivos telemáticos estén encriptados complica poder acceder a estos datos, aunque, gracias a los avances tecnológicos de los que disponen las Fuerzas de Seguridad, no se puede descartar que más pronto que tarde se puedan romper esas «barreras».