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El Juan Sebastián de Elcano llega a La Habana tras tres meses de travesía
Antes siquiera de haber comenzado este crucero de instrucción, Cuba era uno de los países que más intriga suscitaba entre nosotros, principalmente por ese toque de misterio
Tras unos muy buenos días en Pensacola, repletos de interesantes actividades y tiempo libre para conocer la zona, nos volvimos a hacer a la mar el pasado día 5. Comenzábamos la navegación con rumbo directo a La Habana, un tránsito de apenas tres días que casi ni permitió hacerse a la rutina. Para que se haga una idea, en esos escasos días hay que preparar trabajos, montar guardias nocturnas y diurnas, además de estudiar para un importante examen. Sin duda un reto.
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Antes siquiera de haber comenzado este crucero de instrucción, Cuba era uno de los países que más intriga suscitaba entre nosotros, principalmente por ese toque de misterio y/o exotismo que tiene al haber estado casi aislado del resto del mundo hasta hace no mucho. En vísperas de la entrada en puerto, una vez fondeados el lunes 8 por la mañana a escasas 400 yardas de la costa, y con gran parte de la ciudad a la vista, las ganas por conocer la ciudad aumentaron.
Aparte de nuestras ganas particulares, visitamos esta ciudad en una época especial en la que se cumplen aniversarios de grandes hitos. En primer lugar y como usted ya bien sabe, nos encontramos en el aniversario del 5º centenario de la primera circunnavegación a la Tierra. A su vez, también se cumple el 5º centenario de la fundación de la ciudad de La Habana. Y por último y no menos importante, el mismo día que entrábamos entre sus castillos, se cumplían 90 años desde que este Buque-Escuela lo hiciera por primera vez en su 1ª circunnavegación en 1929. Así que hay mucho que celebrar. En lo que se refiere más directamente a nosotros, cumplimos tres meses desde que partimos una soleada mañana de enero desde Cádiz, tres meses en los que usted nos ha acompañado y en los que hemos compartido muchas experiencias. Nos llegaron cientos de preguntas al no haberse publicado el artículo la semana pasada, debido a ese tránsito corto que nos dejó sin tiempo de hacer una de nuestras cosas favoritas de este crucero, pues ese interés y preocupación nos motivan y empujan a dar el máximo, ya que nos hace ver el grado de interés que genera en muchas personas y nos obliga a pedirle perdón y a agradecerle su lealtad. También queríamos aprovechar este momento para agradecer su trabajo al “tercero en la sombra” de nuestro equipo. El alférez de navío Ignacio Grueiro Méndez, que tiene mucha más experiencia en esto de escribir que nosotros, y es quien está ayudándonos, nos orienta y hace posible que esto vaya adelante. Esperemos no sacarle de quicio de aquí a nuestra llegada a Marín.
El martes por la mañana hicimos nuestra ansiada entrada en La Habana, recibidos por la Fortaleza de los Tres Reyes del Morro por babor y el Malecón por estribor. Otra vez, el calor era intenso y la humedad sofocante, no obstante nos vamos haciendo a este tipo de climas. Fuimos recibidos por muchas autoridades y ciudadanos de La Habana, que al estar atracados muy próximos al centro de la ciudad se acercaron a vernos. Nada más llegar, visitamos el Capitolio (sede del Parlamento) y la Fortaleza de la Real Fuerza, primera fortificación defensiva española para cubrir la entrada a La Habana. Pasear por las calles de esta ciudad nos permitió ver que no mentían al decir que tenía un gran parecido a la ciudad de Cádiz. Así lo cantaba Carlos Cano: “La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es la Habana con más salero”.
El día culmen fue el viernes, tuvo lugar la jura de Bandera más multitudinaria hasta ahora, en la que tuvimos la suerte de contar con la presencia de personalidades como el propio embajador de España en La Habana, o el embajador de la Unión Europea en Cuba. Pero el día no acabó aquí; La bailadora habanera Irene Rodríguez no mostró los fuertes lazos culturales que aún a día de hoy unen Cuba con España. Y después, durante los preparativos que precedieron a la recepción que tuvo lugar esa misma noche, vimos como colocaban una tarima al lado de donde se suele colocar nuestra unidad de música, por lo que esperábamos alguna actuación. No obstante, lo que presenciamos una vez empezada la recepción superó con creces nuestras expectativas. La soprano Ainhoa Arteta, el cantante José Manuel Soto, así como varios miembros del grupo ‘Siempre así’, que también habían jurado la Bandera esa mañana, quisieron correspondernos dedicándonos a todos los presentes unas canciones, no habiendo manera de describir el ambiente que allí se vivió. Una calurosa noche cubana, los mástiles iluminados con la bandera de España y dotación e invitados reunidos en el Alcázar, presenciando a artistas de esta categoría cantando canciones que recuerdan a nuestra Patria, hicieron de ésta una noche que nunca podremos dejar de recordar.
Ya nos hemos despedido del Malecón con nuestro aparejo de cuchillo desplegado a modo del pañuelo como el que agita la gente en las despedidas, pero que sin duda será un hasta luego, y ponemos ya rumbo a Boston, dejando por la popa todos estos puertos caribeños y climas tropicales, decimos adiós a Puerto Rico, Colombia, Méjico y ahora a Cuba. Ha sido una experiencia impresionante conocer estos países y recordar toda la gloriosa historia de España mostrándonos de dónde venimos y esperando que usted también lo haya disfrutado. Ya Federico García Lorca escribió: ‘El español que no ha estado en América no sabe que es España’.
Sin más novedad, nos despedimos de esta ciudad haciéndonos de nuevo a la mar. Hasta la semana que viene.
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