Elecciones catalanas
El peligro de la unión de las izquierdas
En las elecciones generales de 2011, CiU consiguió en solitario su mayor éxito al superar por primera vez al PSC. Obviamente, era una CIU que gobernaba la Generalitat tras ocho años de nefasto tripartito y su buena gestión era premiada por el electorado el 20-N.
Una errónea lectura política de aquel mensaje que lanzó el electorado en esas elecciones puso en marcha un proceso que acabaría arruinando a CiU, a Cataluña y fracturando la sociedad catalana.
La encuesta de NC Report para LA RAZÓN adelanta el resultado de unas elecciones anticipadas en Cataluña que perjudicaría a la candidatura de JxSí, que representa, por un lado, a la derecha autóctona y, por otro, a la izquierda independentista tradicional que supone ERC.
En el bando separatista destaca la caída de JxSí, 3,9 puntos y 6 escaños, que no puede ser compensada por el limitado avance de CUP, que es de 0,7 puntos y un diputado. Los independentistas sumarían 67 parlamentarios, quedando a uno de la mayoría absoluta.
Pero, además, se produciría un relevo en la cabeza de la coalición, ya que ERC ha superado el 20-D por primera vez en la historia a CDC en unas elecciones generales. El descenso del independentismo contrasta con el incremento de C’s en 3,3 puntos y 4 diputados, que cubre las ligeras pérdidas del PSC y PP, de 0,6 y 0,1 puntos, respectivamente. Los constitucionalistas (C’S+PSC+PP) suman 54 escaños, por lo que quedan a 14 de la mayoría absoluta.
Una tercera combinación es la suma de las izquierdas y Cataluña sí se Puede, favorable a la autodeterminación: 51 escaños. Incluso con el hipotético concurso del PSC, quedarían con 66, a falta de dos para la mayoría.
Las elecciones son la última oportunidad para que los ciudadanos pongan fin a la era Mas y volver a la senda constitucional, el único modo de desbloquear la situación creada en 2012 por Mas.
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