Elecciones catalanas

El «plan B» de Torrent es Junqueras

ERC pretende adelantar el Pleno del Parlament del 31 al 29 para tener tiempo de proponer a su líder si el Constitucional suspende la elección de Puigdemont como prevén en ERC.

Roger Torent recibe ayer en el Parlament a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau
Roger Torent recibe ayer en el Parlament a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colaularazon

ERC pretende adelantar el Pleno del Parlament del 31 al 29 para tener tiempo de proponer a su líder si el Constitucional suspende la elección de Puigdemont como prevén en ERC.

Roger Torrent se entrevistará hoy con Carles Puigdemont en Bruselas. Lo hace tras la renuncia al ex president al voto delegado en el pleno de investidura, amagando con presentarse físicamente para ejercer de candidato, y tras dejar aparcado este espinoso tema de la delegación del voto de los otros cuatro huidos en Bruselas en el encuentro que ayer mantuvo la Mesa del Parlament. Roger Torrent se quiere ver en persona con Puigdemont para pedirle concreción sobre su investidura. Sus expectativas no deben ser muy altas porque antes de irse de viaje, Torrent dejó firmada la proclamación del candidato –el único que se ha propuesto es Puigdemont– para que fuera publicada por el Boletín Oficial del Parlament de Cataluña. Lo dejó embastado y horas más tarde, el Boletín oficial la publicó.

Roger Torrent «ha hecho lo que tenía que hacer», apuntan en su entorno porque «obliga a Puigdemont a posicionarse y explicar cómo quiere ser investido». En Junts per Catalunya se prefería que no firmara la proclamación del candidato y en las últimas horas presionaron a Torrent para que no lo hiciera. Con este gesto, el presidente de la Cámara quiere forzar a Puigdemont a que explique cómo espera ser elegido candidato, y conocer de primera mano sus intenciones. Dicho de otro modo, Torrent es consciente de que si Puigdemont no hace una investidura presencial no será elegido presidente porque la vía telemática o la vía por delegación tienen escaso recorrido, por el recurso que plantee el Gobierno y el requerimiento del Constitucional. Un recorrido que el propio Torrent ha recortado publicando su candidatura en el Boletín del Parlament. Éste es el principal motivo por el que todavía no se ha convocado ningún pleno de investidura. El amago de vuelta a España de Puigdemont es sólo un amago porque «quienes lo conocemos, cada día que pasa, tenemos la certeza de que no tiene ninguna intención de volver», afirman fuentes conocedoras del ambiente que se respira en Bruselas.

En principio, la fecha prevista es el 31 de enero, el último día hábil tras la constitución del Parlament. Sin embargo, está fecha no está cerrada y será uno de los temas que Torrent le planteé a Puigdemont. Los republicanos, el partido del presidente del Parlament, quieren que el pleno se celebre el día 29 de este mes. ¿Por qué? ¿Cuáles son sus intenciones? ERC quiere que el pleno se adelante 48 horas antes del límite de los 10 días a contar desde la constitución del pleno, para tener margen para, si el Constitucional veta la candidatura de Puigdemont, presentar a su propio candidato: Oriol Junqueras, y evitar que la crisis constitucional se haga perenne. La fecha tampoco es descartada por quienes desde el mundo de Junts per Catalunya apuestan por el «plan B» encabezado por Elsa Artadi.

Si bien, a simple vista, esta estrategia de Torrent coincide con la estrategia de ERC, también favorece a quienes desde Junts per Catalunya ven a Puigdemont amortizado y tratan de buscar una salida que les otorgue un papel determinante en el nuevo gobierno, «esté Puigdemont, o no esté Puigdemont, la prioridad es recuperar el gobierno». Sin embargo, el ex presidente catalán sigue forzando la máquina a pesar de las voces que le dicen que «esto no va de una investidura, va de recuperar un gobierno, las instituciones y levantar el 155». ERC y el silencioso PDeCAT están en esta tesis por lo que no ven con buenos ojos la estrategia de Puigdemont, aunque en los corrillos independentistas bien informados corre como la pólvora que «Puigdemont está cada día más solo», porque su «entorno más inmediato ya está hablando en clave de gobierno», asumiendo que Puigdemont ni volverá ni será elegido. «Es un juguete roto», sentencia un conocedor de las negociaciones que Junts per Catalunya, ERC y PDeCAT están manteniendo para configurar el nuevo gobierno de la Generalitat.

El ex presidente de la Generalitat, sin embargo, no se dejará doblegar fácilmente. «Está dispuesto a desquiciar y humillar, no sólo al Estado Español, sino también a todo aquel que no comulgue con sus planteamientos», afirma una fuente independentista que no oculta su exasperación con los movimientos del autodenominado «presidente en el exilio». Y no está sólo. Diversos diputados de Junts per Catalunya, apuntan la posibilidad de boicotear al Parlament si Puigdemont no puede ser investido con el objetivo de «plantar cara al Estado», pero también arrastrar en esta estrategia a ERC que ve con pánico un escenario de nuevas elecciones.

Asimismo, cuando regrese de Bruselas, Roger Torrent ha convocado para el jueves una reunión con los líderes de cada grupo parlamentario para abordar los detalles del Pleno de investidura. Un encuentro que se presume tenso después de que en la reunión de la Mesa de ayer postergara el trámite de las solicitudes de delegación de voto de los cuatro diputados fugados en Bruselas.

Para toda la oposición constitucionalista, esta decisión fue analizada como una artimaña del independentismo catalán parecida a la del pleno en que se aprobaron las leyes de ruptura con el resto de España: se cursan las iniciativas parlamentarias con el mínimo margen para que el Tribunal Constitucional no pueda suspenderlas.

En resumidas cuentas, en el Pleno de investidura se podría revivir las reuniones de la Mesa del Parlament a primera hora para tramitar las solicitudes de delegación de voto. Aunque estas son las conjeturas que hizo la oposición ayer, tampoco pueden ser asumidas a pies juntillas, ya que en el viaje que realizará hoy a Bruselas, el presidente del Parlamento catalán se entrevistará con los cuatro parlamentarios electos que han solicitado la delegación del voto, y allí podrían abordar esa cuestión, que podría saldarse con una renuncia de los cuatro fugados a su escaño y que corriera la lista. «Están manejando los tiempos para dejar indefensos al resto de grupos», dijo Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos. Más allá de esto, el viaje a Bruselas, según han confirmado fuentes de su entorno, será sufragado por él mismo.