PP
El PP aumenta el peso de los afiliados en su programa y añade el límite de mandatos
El PP se mueve para negar que los cambios que debatió en su Conferencia Política de este fin de semana, y que afectan, por ejemplo, a la limitación de mandatos o a la democracia interna, sean meros debates cosméticos. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no hizo ninguna alusión a estos debates durante su discurso de clausura del cónclave, pero ayer, en una conferencia en Moncloa, sí confirmó que se identifica con estas iniciativas y que incorporará «importantes novedades en su programa electoral y en el futuro» para que se hagan realidad y los afiliados tengan más papel en las decisiones internas. Ya estudian nuevos cauces para que participen en la redacción del programa.
Los cambios orgánicos tendrían que materializarse en el próximo Congreso Nacional del PP, que se celebrará después de las elecciones generales, con independencia de que obliguen o no a modificar los Estatutos. En la Conferencia el PP apeló a los Estatutos pero no avanzó ninguna modificación de los mismos: las propuestas, como la de que los cargos los elijan los afiliados y no los compromisarios, fueron esbozadas, pero están pendientes de ser perfiladas.
Rajoy, no obstante, volvió ayer a reiterar sus recelos respecto a las primarias que propugnan desde la izquierda. «Queremos hacer algo serio. Que se cumpla. Yo no quiero ver cosas como las que hemos visto en los últimos tiempos. Todo el mundo tiene primarias, pero sólo se presenta un candidato. Vamos a intentar hacer las cosas con un mínimo de seriedad», sentenció. En su Conferencia, el PP habló también de cambiar el régimen de incompatibilidades y de limitar a ocho años los mandatos de los cargos públicos.
La reforma de la ley electoral local es otra de las medidas que el PP introdujo en el debate de este fin de semana. Después de un primer intento de promoverla, frustrado por la cercanía de las elecciones del 24 de mayo y la falta de acuerdo con el PSOE, los populares volverán a poner esta reforma encima de la mesa cuando quedan ya cuatro meses para que se celebren las elecciones generales. No hay oportunidad de que se apruebe, porque seguirá sin haber el mínimo consenso, pero es la percha perfecta para que el PP siga colgando de ella su mensaje sobre la amenaza que la coalición entre el PSOE y Podemos representa para la recuperación económica y la estabilidad. El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo, confirmó ayer que esta misma semana formalizarán en el Congreso la proposición para que gobierne la lista más votada, «y no quienes algunos quieren en función de sus intereses». La propuesta del PP defiende establecer una prima mayoritaria en el caso de que se consiga un porcentaje de votos superior al 35 por ciento, y, si no, una segunda vuelta a la que irían los partidos políticos que hubieran superado el tanto por ciento establecido. A partir de ahí, el límite estaría en el que consiguiera el 40 por ciento de los votos o un diferencia de alrededor el 7 por ciento. La negociación de esta reforma la circunscribirán al marco parlamentario, fundamentalmente, «pero sin excluir nada». En paralelo, la nueva dirección del PP aprovechará los meses de julio y agosto para promover encuentros sectoriales con representantes de todos los colectivos sociales para utilizar este canal como herramienta con la que penetrar mejor en el tejido social y acercar el partido a los ciudadanos. Esta semana presentarán las conclusiones de la Conferencia que llevarán a su programa.
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