Política

Papel

El PP condiciona su abstención con Díaz a que respete su victoria en grandes capitales

Los populares no se conforman con Cádiz y rechazan perder Sevilla, Córdoba o Jaén

La Razón
La RazónLa Razón

La negociación entre el PSOE y el PP andaluz sobre la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía está marcada por una línea roja irrenunciable para los populares: la de que los socialistas respeten su victoria en las grandes capitales. Encima de la mesa hay también otros elementos de discusión, que afectan, por ejemplo, a la lucha contra la corrupción, pero en lo que toca estrictamente al reparto de poder, el PP no puede aceptar que se respete su victoria en Cádiz, por ejemplo, pero no en Sevilla, Córdoba o Jaén. En Sevilla, Juan Ignacio Zoido es el que consiguió el 24-M una victoria más holgada.

El PSOE está dispuesto a dejar que el PP gobierne en Cádiz, en lugar de entregarle la capital a Podemos, pero no quiere renunciar a tomar el control de las otras capitales de provincia aunque el PP haya sido la fuerza más votada. Si Susana Díaz no se mueve de esta posición, tampoco el PP variará su «no» en su abstención. Ya no es sólo una cuestión de poder territorial, porque la cesión en este terreno también genera un serio problema interno dentro de las filas populares. En el PP andaluz hay un sector del partido muy reacio a facilitar en ningún caso la abstención a Díaz sin que se respete la condición de dejar que gobierne la lista más votada porque entienden que supone una «traición» a los andaluces que confiaron en ellos en las últimas elecciones.

El PP sigue siendo la fuerza más votada en Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Sevilla, Jaén y Málaga, aunque la aritmética electoral le pone difícil conservar todos estos gobiernos. La irrupción de Ciudadanos y Podemos (que en cada ciudad se ha presentado con una nomenclatura y una coalición de fuerzas diferentes) rompió el 24-M el mapa electoral. El socialista Gabriel Cruz, de Huelva, fue el único cabeza de lista del PSOE que superó en votos a los candidatos populares de las capitales andaluzas.

En estos días están acentuándose las presiones por parte del PSOE, con filtraciones interesadas, sobre el avance de las negociaciones. Pero en paralelo a esas conversaciones con el PP, Susana Díaz mantiene también abierto el diálogo con Podemos y Ciudadanos. Hasta ahora, aunque en Ferraz la lideresa andaluza haya acentuado su discurso más centrista para dejar en evidencia la estrategia de pactos con Podemos del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en su tierra, sin embargo, ha practicado todo lo contrario de lo que ha predicado en Madrid. De hecho, en la primera decisión que adoptó tras las elecciones autonómicas y municipales su estrategia fue dirigida a arrinconar al PP en la Mesa del Parlamento andaluz.

El calendario empieza a apurar al PSOE, pero en el lado del PP, al menos, no se moverá nada antes de que los ayuntamientos queden constituidos el próximo día 13. Ese mapa será decisivo para que triunfe la corriente más posibilista dentro de la organización regional andaluza, la de ofrecer la imagen a la opinión pública de que facilitan la gobernabilidad o de que se resiste a avalar al PSOE en la Junta, y defiende que el partido está obligado a hacer todo lo necesario para salvar sus ayuntamientos de referencia. Alcaldes en funciones y presidentes provinciales son los que más se oponen a regalarle nada al PSOE. Un acuerdo de Susana Díaz con Podemos y Ciudadanos acabaría con el debate interno en las filas populares.

El interlocutor de Susana Díaz es el líder regional del PP, Juan Manuel Moreno. Aunque Díaz ha intentado implicar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Moncloa ha dejado manos libres a su dirigente andaluz. Los resultados no han sido buenos, pero en el PP regional no está abierto el debate sobre la continuidad de su presidente, y a diferencia de lo que ocurrirá en otras organizaciones regionales, donde el 24-M se lleva por delante a los barones del PP, en Andalucía seguirá Juan Manuel Moreno. El partido sí hará cambios en la estructura orgánica para incorporar nuevas caras, sin afectar a los cargos más importantes, con el objetivo de trasladar a la opinión pública la imagen de que siguen en una estrategia de renovación por adición. El actual líder lleva poco más de un año al frente de la organización regional. En otras comunidades del PP donde no se han revalidado mayorías absolutas como Castilla y León, Valencia y Baleares los barones sí dieron un paso atrás y dejarán sus responsabilidades en los próximos congresos regionales.