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Rajoy convence a Alonso para «refundar» el PP vasco

Alfonso Alonso saluda al secretario de Justicia, Derechos y Libertades del PP, Iñaki Oyarzábal (d), a su llegada a la sede del Parlamento Vasco en Vitoria.
Alfonso Alonso saluda al secretario de Justicia, Derechos y Libertades del PP, Iñaki Oyarzábal (d), a su llegada a la sede del Parlamento Vasco en Vitoria.larazon

El ministro de Sanidad concita el consenso de las tres provincias como nuevo presidente regional del partido.

Mariano Rajoy ha optado esta vez por la salida más seria que tenía a su alcance para cubrir el agujero en la dirección del PP vasco creado por la drástica marcha de Arantxa Quiroga y deja la organización regional en manos del ministro de Sanidad y presidente del PP de Álava, Alfonso Alonso. Éste se impone, de manera rápida y con acuerdo interno, a otros nombres que estaban en las «quinielas», como el del vicesecretario nacional del PP, Javier Maroto; o el del secretario general del PP de Álava, Javier de Andrés.

Después de que Quiroga fuera designada a dedo por su antecesor, Antonio Basagoiti, en la primavera de 2013, lo que no pudo ser entonces, y ya muchos dentro del PP consideraban como la sucesión natural y más potente en el partido, se confirma ahora. Alonso no quiso asumir esa responsabilidad porque le tiraba más la política nacional, pero la crisis ha servido a Rajoy de palanca para conseguir que Alonso acepte lo que antes evitó. Y es, además, una solución bien vista a nivel nacional y aceptada también por el conjunto del partido en el País Vasco. En el anterior congreso, la alternativa a Quiroga, aprobada por el ala alavesa, fue, precisamente, Javier de Andrés.

Con esta solución a la crisis rectifican, además, uno de los principales errores que cometió Quiroga durante su mandato, la de dejar al PP de Álava en una posición secundaria, como consecuencia interna de su batalla contra Alonso. Quiroga es del ala guipuzcoana y aquel pulso se escenificó en el congreso regional de 2014 con la derrota del ministro en su apuesta por que como «número dos» del PP vasco siguiera Iñaki Oyarzábal. Quiroga, con el apoyo de su mentora, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, prescindió de él con la excusa de que quería rodearse de un equipo de colaboradores de confianza, y en el puesto de secretaria general del partido colocó a Nerea Llanos. Oyarzábal había llegado a la secretaría general en 2008, cuando Basagoiti sucedió en la presidencia a María San Gil. Tras la marcha de éste a México para trabajar en el Banco Santander, Oyarzábal continuó como «número dos» con Quiroga como presidenta hasta el citado congreso regional.

Con este nuevo encaje de piezas, que se confirmó tras una reunión de los dirigentes del PP vasco, Rajoy cierra de manera inmediata, como exigían desde la formación regional, una crisis delicada que le ha estallado en vísperas de unas elecciones generales ya de por sí complicadas. La posición de los populares en esa comunidad ha ido cayendo, y así se confirmó en las últimas elecciones municipales. Y Alonso se enfrenta al reto de recomponer la unidad interna y de fortalecer el discurso y conseguir que el partido encuentre su sitio en un escenario en el que ETA no mata, pero sin renunciar a sus postulados clásicos en materia de política antiterrorista.

El nuevo presidente regional, pendiente de su ratificación oficial por la Junta Directiva, fue elegido a finales de 2014 como sustituto de Ana Mato al frente de la cartera de Sanidad. Y compatibilizará sus obligaciones nacionales, presentes y futuras, con las del PP vasco. Está en el círculo de confianza de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y detrás de él tiene una larga trayectoria de dedicación a la política vasca. Él conoce bien, por ejemplo, la importancia del equilibrio de fuerzas entre las tres provincias, aunque no perderá de vista el hecho de que Álava es la organización provincial en la que históricamente han cosechado siempre mejores resultados.

Alonso fue el dirigente que elevó la voz del partido contra la iniciativa que Quiroga había presentado en el Parlamento para crear una ponencia sobre paz y convivencia y en la que pretendía alcanzar un acuerdo con todos los partidos, incluido EH Bildu, sobre la base del «rechazo», y no la «condena», de la violencia. El ministro hizo saltar por los aires aquella iniciativa, rechazada por las víctimas del terrorismo, y Quiroga se vio obligada a rectificar en contra de su voluntad y pese a seguir contando con el pleno apoyo de Cospedal. En esta crisis, ha sido su interlocutora.

La elección de Alonso para presidir el PP vasco se acordó ayer en una reunión celebrada en la sede del Parlamento vasco, y en la que participaron, además del ministro, el ex alcalde de Vitoria, Maroto, y de Andrés. Así como los máximos responsables del PP en Vizcaya y en Guipúzcoa, y la actual secretaria general, Nerea Llanos. Rajoy impulsó la decisión; el PP alavés la bendijo en una cena el miércoles; y ayer, la ratificó el resto de la dirección vasca. El primer mensaje de Alonso fue que quiere un partido centrado, coherente con sus ideas de siempre y comprometido con la España constitucional y el Concierto Económico vasco.