El pulso institucional está servido

La aprobación por parte del Parlament de la Ley de Consultas con el objetivo de ofrecer cobertura legal a la consulta que el gobierno de Artur Mas pretende convocar el próximo 9 de noviembre abre un escenario real de pulso institucional entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña. El Gobierno ya tiene decidido recurrir esta ley, una vez que se publique en el Diario Oficial de la Generalitat, y no esperará a que el presidente catalán Artur Mas firme el decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre.

A partir de ahora, Gobierno y Generalitat actuarán condicionados por los pasos que emprenda cada uno, en un fin de semana que se prevé intenso en las salas de máquinas de Moncloa y de la Plaza de Sant Jaume de Barcelona.

Durante todo el día de hoy Artur Mas y su entorno han sido herméticos respecto a cuándo podría el presidente catalán estampar su firma en el decreto de convocatoria de la consulta.

Preguntado hoy, tras valorar el resultado del referéndum de Escocia, sobre cuál será el momento en que firme el decreto, Mas ha optado por un lacónico "firmaré", sin entrar en más detalles.

Lo que sí ha avanzado es que si se confirma el recurso del Gobierno a la Ley de Consultas reunirá a los partidos que apoyan el 9N (CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP) para buscar una posicionamiento "común"ante la nueva situación.

A partir de este punto todo son hipótesis hasta el 9-N. En las próximas semanas Artur Mas deberá decidir sus próximos pasos.

Desde el Gobierno central se mantiene la confianza en que Mas no seguirá con su idea de celebrar la consulta si está suspendida por el Tribunal Constitucional. Mas siempre ha hablado de una consulta legal y con "plenas garantías democráticas".

El recurso que presentará el Gobierno contra la Ley de Consultas provocará su suspensión en cuanto sea admitida a trámite por el Constitucional, que tiene previsto celebrar la próxima semana un pleno que comenzará el martes.

Si durante todos estos meses Artur Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras- aliado parlamentario de CiU en el Govern- han mantenido que sólo hay un plan, que es votar el 9N, a partir de ahora podrá verse si existen otras letras.

Aunque queda poco tiempo para la fecha de la consulta, Mas podría -en el caso de que descartara celebrarla ante la evidencia de la suspensión de la misma- convocar elecciones anticipadas, si bien el presidente catalán es de la opinión de que su objetivo es agotar el mandato hasta 2016.

En caso de un avance electoral, Mas sería el primer presidente de la Generalitat que, por segunda vez consecutiva, anticipa elecciones. Ya lo hizo en 2012, buscando una "mayoría excepcional"tras apostar por un "estado propio"pero sin citar la palabra "independencia". Ganó, pero perdió 12 diputados.

Quizás ese recuerdo, junto con unas encuestas que sistemáticamente dan pérdida de votos a CiU en favor de ERC, podría llevar a Mas a explorar otros escenarios de alianzas o apoyos puntuales para agotar la legislatura. Pero en la búsqueda de esos aliados -quizás el PSC- debería renunciar a la consulta del 9N.

Además, en los oídos de Mas aún resuena la voz de la presidenta de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), Carme Forcadell, pidiéndole ante cientos de miles de personas durante la pasada Diada del 11 de septiembre: "President, ponga las urnas".

Ha querido la casualidad que el desarrollo del pleno extraordinario de la Ley de Consultas de este viernes por la tarde haya coincidido con el anuncio de la próxima dimisión del promotor del "sí"a la independencia en Escocia, Alex Salmond.

Buena parte de los diputados se han enterado de esta noticia a través de twitter, un signo de estos tiempos de exclusivas "online", por lo que habrá que estar atento en las próximas horas al boletín electrónico del DOGC o a su cuenta de twitter para conocer el próximo paso de esta compleja partida de ajedrez institucional.