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El Rey recibe con frialdad a Mas en La Zarzuela
El encuentro de ayer entre Artur Mas y Su Majestad el Rey portaba un valor añadido respecto al de las pasadas audiencias del Monarca con los otros presidentes autonómicos investidos, Núñez Feijóo y Urkullu. Desde que el presidente de la Generalitat pusiera sobre el tablero su plan secesionista, el político catalán ha aprovechado para teñir de intención política la reunión con el jefe de Estado: aseguró, en varias ocasiones, que se reuniría con el Rey para transmitirle su ofensiva independentista, cuando se trata de una audiencia institucional que el Monarca mantiene con todo presidente autonómico electo. El contenido de la reunión, que duró 45 minutos, la dio a conocer Mas, quien prefirió terreno firme para hacerlo, durante una entrega de premios en Cataluña. «La entrevista tenía este propósito: dar una señal clara de voluntad de diálogo». Y añadió: «Siempre que tengamos que ir a Madrid, tendremos que dar señales de voluntad de diálogo y de explicarnos, aunque no nos entiendan». También afirmó haberle transmitido al jefe de Estado la «necesidad» de un reparto «equitativo de los límites de déficit».
Si por parte de la Casa del Rey no se dieron a conocer las líneas de la conversación a puerta cerrada –ni por tanto, el tono de la misma–, el saludo previo en el Salón de Audiencias sí dio algunas pinceladas del encuentro. Mientras que Mas se preocupó de ofrecer una imagen cercana y sonriente, la actitud del Monarca se caracterizó por marcar distancias. Si Don Juan Carlos suele mantener una actitud receptiva hacia el que le visita, en esta ocasión, tras saludar fríamente a Mas, dio contestaciones cortas y no sonrió en ningún momento a las cámaras.
Esta reunión es la primera que mantienen después de que el Monarca publicara en su web una carta en la que advirtió de que «no es tiempo de perseguir quimeras» ni «alentar disensiones». Puntualización que también hizo en su discurso de Navidad, alegando que «es momento de unir fuerzas, no dividirlas». Y, sin duda, su llamamiento más claro fue en la pasada entrevista que concedió a Jesús Hermida por su 75 cumpleaños: «Me preocupan las intransigencias que conllevan maximalismos y políticas rupturistas que en nada convienen a España». Por otro lado, apenas una semana antes a esta cita, el parlamento catalán aprobó la declaración de soberanía que el Govern pretende realizar en 2014, a la que el Ejecutivo central responderá» hoy en el Consejo de Ministros.
Si ayer vimos dos actitudes antagónicas, desde que CiU planteó su órdago independentista también se ha visto, aunque con los papeles cambiados. En la inauguración del puerto de Barcelona, Mas rehusó posar al lado del Rey; en su toma de posesión optó por tapar el cuadro del Monarca con un tapiz, y el día siguiente al discurso navideño, dijo no haber visto el mensaje del Rey porque estuvo ocupado formando el Govern.
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