Política exterior
El Rey reivindica el peso de España como décimo inversor mundial
MADRID- Tres días antes de que retome su actividad institucional en el día de las Fuerzas Armadas, el Rey ofreció ayer una cena al presidente de Uruguay con la que inauguró su primer discurso tras la última operación. En presencia de Doña Doña Sofía, de los Príncipes de Asturias y 50 comensales, resaltó, copa alzada, que a pesar de la coyuntura económica que asola al país «España sigue siendo el décimo inversor mundial y el segundo en la región iberoamericana». Este encuentro se enmarca en una visita oficial que busca la reciprocidad empresarial entre ambos países, por lo que el discurso del Jefe de Estado se centró en el intercambio de inversiones empresariales actuales, y agradeció que Uruguay haya acogido con «tanta hospitalidad» a jóvenes emprendedores y empresas españolas, si bien recalcó que dinamizan su economía y aportan riqueza, cifrando en 3.000 millones de euros la inversión acumulada. Grandes representantes del mundo empresarial estuvieron presentes, como el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir o el de Telefónica, César Alierta, así como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy –acompañado por los titulares de las principales carteras–, y máximos mandatarios de la banca, como Emilio Botín, presidente del Santander.
Intervenido de una doble hernia discal el pasado 3 de marzo, el doctor De la Torre fijó en un periodo de 3 a 6 meses la recuperación del Rey. No llegó a finales de abril cuando el Monarca mantuvo su primera audiencia pública con el Premio Cervantes Caballero Bonald y espetó –a modo de advertencia ante las publicaciones que barajaban su abdicación– que «pronto estaré dando guerra otra vez». Desde entonces, ha mantenido ocho encuentros públicos dentro de Zarzuela y esta semana ha aumentado su agenda. El martes se reunió con el canciller federal de Austria, y ayer recibió dentro del Palacio al presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, con el que mantuvo una audiencia antes de reunirse con el presidente de Uruguay. Su buen estado físico y anímico se hizo evidente y demostrativo al recibirle. A pesar de la lluvia, desde Zarzuela aseguran que el Jefe de Estado se «empeñó» en salir a la puerta. Bajo una paraguas, saludó a Mújica con un efusivo abrazo y se detuvo a hablar con él unos minutos antes de entrar en el Palacio.
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