Ministerio de Defensa
El superviviente del accidente de Canarias declarará el lunes, un año después
El juez le preguntará al sargento Ojeda, por primera vez, por la caída del helicóptero del SAR
Mañana se cumple un año del trágico accidente de helicóptero que se cobró la vida de cuatro militares en aguas de Canarias. El juez preguntará el lunes por primera vez al sargento Ojeda por la caída del helicóptero del SAR.
Mañana se cumple un año del trágico accidente de helicóptero que se cobró la vida de cuatro militares en aguas de Canarias. Pertenecían al 802 Escuadrón del Servicio de Búsqueda y Rescate del Ejército del Aire (SAR) y su misión era la de salvar vidas. Aquél 19 de marzo de 2014 se encontraban realizando unas maniobras de rescate nocturnas con el Buque de Acción Marítima (BAM) «Meteoro» y otra aeronave de apoyo. Sin embargo, algo falló y el aparato se hundió en el océano a más de 2.300 metros de profundidad. Fallecieron el capital Daniel Pena, la teniente Carmen Ortega, el teniente Sebastián Ruiz y el sargento Carlos Caramanzana. Sólo sobrevivió un efectivo, el sargento Jhonander Ojeda, el encargado de operar la grúa del helicóptero Super Puma.
Pese a haber pasado un año y ser el sargento el testigo clave a la hora de esclarecer qué pudo ocurrir, el juez togado militar de Las Palmas aún no le ha tomado declaración, algo que hará el próximo lunes. Y será ese día porque la primera fecha prevista era mañana, el día del aniversario, a las 11:00 horas. Fueron los familiares, los suyos y los de los fallecidos, los que presionaron para retrasar esta declaración por la fuerte carga sentimental.
Así lo confirmó ayer Francisco Ojeda, el padre de Jhonander, quien aseguró que su hijo –que se reincorporó a su puesto tras el verano– está tranquilo ante este trámite, que tendrá lugar en el Juzgado Togado Militar Territorial nº52 de Las Palmas. Un trámite que, como al resto de familiares, le sorprende que haya tardado tanto.
«Es inadmisible que a día de hoy no haya una declaración por escrito del único superviviente», asegura Fernando Pena, padre del capitán Daniel Pena, quien añade que los abogados de los fallecidos –que estarán presentes en esta diligencia– llevan tiempo diciendo que su declaración «es básica por lo que pudiera haber visto y oído». Lo mismo opina Sebastián, padre del teniente Ruiz, quien cree que «es de falta de sentido común poner la declaración el mismo día». Sebastián ha tenido la oportunidad de hablar con este único superviviente y cree que, «por la posición que ocupaba en la parte trasera del aparato, hay cosas que pueden haber ocurrido en la cabina que desconoce porque no tuvo ocasión de verlas o escucharlas», pero considera primordial su testimonio. Al igual que el del observador de la torre del «Meteoro» o el de la tripulación del avión que lanzaba las bengalas para iluminar el área del ejercicio, a quienes, asegura, nadie ha preguntado.
Esas bengalas son una de las pocas conclusiones de uno de los dos informes encargados por el juez togado, concretamente el preliminar de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM). No se aclara cuál fue la causa, pero se apunta a que una de las bengalas que lanzó la segunda aeronave no se encendió y la otra se apagó en cuanto tocó el agua, dejando el área a oscuras. Pero más que una causa, sería un «añadido».
Por ahora, la indignación sigue acompañando a los familiares de las víctimas, que critican la «falta de información y tanto secretismo».
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