Tribunales

Entre bodegones de Van de Hamen y garabatos

Un grupo de mariachis recibió a Bárcenas
Un grupo de mariachis recibió a Bárcenaslarazon

Llegó pertrechado con un maletín repleto de documentos, por si acaso, y dispuesto a hacer gala de un exhaustivo conocimiento del voluminoso sumario. Su primera victoria era mostrarse tranquilo. Y lo consiguió, para satisfacción de sus abogados. Desde el primer momento, intentó marcar el compás de la declaración y las preguntas de la fiscal Anticorrupción que, menuda osadía, no respetaban el orden de su escrito de acusación, provocaron sus primeras protestas. «Si saltamos de un tema a otro...», se quejó sin éxito al tribunal. El interrogatorio sobre sus disposiciones de efectivo pronto dejó al descubierto el reparto de tareas domésticas en la casa de los Bárcenas. «Yo a la compra he ido poco, normalmente se encargaba mi mujer, que tenía más tiempo», reconoció tras asegurar que él se ocupaba de «todos los temas económicos». De firmar las declaraciones del IRPF del matrimonio, también, incluidos los «garabatos» imitando la rúbrica de su esposa. Ya frisando la hora de comer, Bárcenas recordó al tribunal que sus inversiones en el mundo del arte comenzaron en diciembre de 2002, espoleado por el ex tesorero de AP Rosendo Naseiro (las finanzas y el arte, por lo que se ve, van de la mano), con dos bodegones del pintor Juan Van der Hamen. El ex senador provocó risas en la sala cuando hizo referencia a que esas obras de arte se pagaron con billetes que «llevaban los fajos del Partido Popular». Muy pronto deshizo el entuerto. «Perdón..., del Banco Popular», rectificó. Tras más de cinco horas de declaración, la fiscal dio por fin un signo de flaqueza. «No sé si se lo he preguntado ya esta mañana...», comenzó su enésima interpelación. Y sí, efectivamente, la pregunta ya estaba hecha y contestada horas atrás. El presidente del tribunal, bravo por él, aprovechó la coyuntura. «Vamos a dejar la sesión», terció. Agradecidos.