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«Es Satty no era un imán, él solo ensució el Islam»

Así lo afirma Mohamed El Oncre, el nuevo imán de Ripoll. Su predecesor fue Abdelbaky Es Satty, el cerebro de los atentados de Barcelona y quien reclutó a ocho chavales del pueblo para convertirlos en yihadistas.

Mohamed El Oncre, el nuevo imán de Ripoll / Foto: Alberto R. Roldán
Mohamed El Oncre, el nuevo imán de Ripoll / Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Así lo afirma Mohamed El Oncre, el nuevo imán de Ripoll. Su predecesor fue Abdelbaky Es Satty, el cerebro de los atentados de Barcelona y quien reclutó a ocho chavales del pueblo para convertirlos en yihadistas.

Sabe que le han mirado con lupa, lo entiende y le parece «muy bien» porque lleva una vida «completamente normal». Mohamed El Oncre ha asumido el delicado reto de «levantar» la mezquita de Ripoll. Su predecesor fue Abdelbaky Es Satty y, aunque ya llevaba tres meses fuera del templo cuando ocurrieron los hechos, fue el cerebro de los atentados y quien reclutó a ocho chavales del pueblo para convertirlos en yihadistas. «Ese no era un imán, una mala persona no puede serlo. Ha ensuciado el nombre del Islam, que precisamente invita a hacer cosas buenas». El Oncre nació en Tetuán (Marruecos) hace 61 años y hace 17 llegó a Rosas (Gerona). Está casado, tiene cinco hijos y se ha instalado con su mujer y dos de ellos en Ripoll. Trabajó muchos años en la construcción pero en España no había ejercido de imán. Un amigo le comentó que aquí necesitaban uno y se animó: «Yo sabía que esta mezquita estaba “sucia” y por eso quise venir aquí, para ayudar a limpiar su nombre», dice.

Entró a finales de septiembre del año pasado, cuando aún estaba todo muy reciente. «Los propios musulmanes me decían que no se fiaban de los imanes por lo que les pasó pero yo les digo que él no era imán». Sobre cómo pudo este hombre idear semejante plan considera que pudo hacerlo «por dinero» o «vete a saber por qué». «Era una persona loca ¿quién puede saber? Yo vivo en una casa pequeña, no necesito nada, ni por un millón de euros haría algo así. El Corán dice que si tú matas, matas a todos y si salvas a uno, ayudas a todos. Él, por eso, nos mató a todos». Cobra 200 euros al mes (ejerce dos horas al día a excepción del Ramadán y la Fiesta del Cordero) y nada más llegar pasó un periodo de prueba de 15 días aunque la «prueba de fuego» fue el mes de Ramadán donde, aseguran, es cuando se ve si un imán vale. «Empecé a aprender el Corán a los 10 años y a los 15 lo recité entero a un maestro», explica, aunque luego empezó a ejercer de ello. Durante su periodo de prueba, los Mossos comprobaron su ficha de antecedentes «en Europa y en Marruecos. Pueden mirar donde quieran», dice. «Yo no tengo contacto con chicos fuera de aquí y todo el que quiera preguntarme algo que lo haga aquí, delante de todos», dice, en referencia a su predecesor.

Se define como tolerante y abierto: «Sé dónde vivo y hay que respetar a todos: el que come cerdo, no me molesta, ni el que bebe vino. ¡Si yo he trabajado en la viña!». A la mezquita de Ripoll, bastante vacía estos días a excepción del rezo del mediodía de los viernes, siguen acudiendo a rezar los familiares de los terroristas. El pasado viernes acudieron los padres de los hermanos Hichamy y el padre de Younes y Houssa Abouyaaqoub. El resto de fieles se quejan de que se haya dicho que Es Satty diera un discurso radical desde esa mezquita: «es una barbaridad y es mentira».