Reportaje

La escapada marroquí del «hermano» Sánchez

Las polémicas vacaciones del presidente han sido celebradas de forma entusiasta por la prensa del país vecino como un gesto de "apoyo" a la relación con Rabat

 Pedro Sánchez de vacaciones en Marruecos con su mujer Begoña y sus hijas.
Pedro Sánchez de vacaciones en Marrakech con su mujer y sus hijas.RUE20.COM

Parece empeñado el presidente del Gobierno en envolver de polémica y misterio cada capítulo de su particular relación con Marruecos. El último de ellos se está escribiendo esta semana, con Pedro Sánchez y su familia disfrutando de una escapada marroquí convertida en asunto de Estado –era inevitable que así fuera por mor del parón político estival-, unas vacaciones que comenzaron poco más de una semana después de un 23J de resultado incierto. Toda vez que la oposición le ha preguntado insistentemente, y en vano, por las razones inexplicadas del giro diplomático en el Sáhara y por la naturaleza de lo pactado con Rabat era inevitable que la elección estuviera marcada por la controversia.

A bordo de un vuelo comercial Sánchez y familia llegaron el martes a Marrakech, la ciudad más turística de Marruecos, rompeolas de famosos de todo el mundo, de Yves Saint Laurent a CR7 pasando por Strauss-Kahn o los Beckham, paraíso del lujo orientalista y horno estival. Un medio marroquí, Rue 20, los grabó paseando por la plaza de Jamaa El Fna, corazón de la ciudad ocre, la de los contadores de historias y encantadores de serpientes, donde es difícil pasar desapercibido, a pesar de que el presidente sorprendiera con mascota, bermudas y guayabera.

Aunque Moncloa se apresuraba en decir que se trataba de una visita «estrictamente privada» y que el presidente lo había pagado todo de su bolsillo –menos, se entiende el importante dispositivo de seguridad que lo ha rodeado en sus paseos por la vieja medina de Marrakech–, lo cierto es que la escapada ha sido de todo menos discreta. «Si Sánchez hubiera querido pasar desapercibido y no ser reconocido, lo habría hecho de otra manera. Sobre todo, en Tánger, por donde han pasado durante décadas muchísimas celebridades de todo el mundo sin que nadie se enterara», explica a este medio un profesor marroquí buen conocedor de las relaciones hispano-marroquíes que prefiere no ser identificado.

En Marrakech, donde los Sánchez pasearon por las calles del barrio de Mouassine, en el corazón de la medina antigua, y visitaron Dar el Bacha, una selección de objetos etno-folclóricos representativos de la cultura marroquí, presidente y familia se alojaron en un lujoso complejo turístico.

Parada en el lujoso hotel Le Mirage

Si poco original fue la elección del exotismo y el orientalismo marrakechí, no menos ha sido emular a sus predecesores socialistas y disfrutar del hotel Le Mirage.

Lo cierto es que Sánchez se inscribe en una larga tradición de altos cargos del partido de la rosa y el puño, desde Felipe González –quien llegó a ser propietario de un terreno en la zona– a José Luis Rodríguez Zapatero, pasando por los ministros Miguel Ángel Moratinos o Trinidad Jiménez, quienes en distintas épocas disfrutaron de la espectacularidad de este hotel situado en un promontorio sobre las aguas del Atlántico. También es fácil ver por el norte de Marruecos al ex presidente castellano-manchego José Bono, habitual de Tánger, y a la antigua ministra de Vivienda María Antonia Trujillo, que reside habitualmente en Larache. El precio por noche de uno de los 45 bungalós del mítico Le Mirage alcanza los 1.400 euros.

Desde el lujoso Le Mirage los Sánchez disfrutarán este fin de semana de la bella decadencia de Tánger, la mítica ciudad internacional que fue también refugio de artistas, espías y bohemia de toda estirpe durante décadas, y que sigue alimentando el mito gracias a la literatura y a una legión de apologetas, a menudo españoles.

Además, está previsto que culminen su periplo marroquí en la ciudad de Tetuán, la antigua capital del Protectorado español en Marruecos, otro destino de moda después de éxitos literarios como «El tiempo entre costuras» de María Dueñas. Desde las calles de su medina andalusí los Sánchez estarán a apenas veinte minutos por carretera de Rincón (aunque así la siguen llamando los marroquíes, es oficialmente M’diq), en cuyo palacio real pasa desde hace ya varios años sus vacaciones estivales el rey Mohamed VI.

Parabienes en la prensa local

Aunque no está previsto que sea recibido por el monarca, este invitó al presidente, en vísperas de la Reunión de Alto Nivel, el 1 de febrero pasado, a una visita oficial «próximamente» (que seis meses después no se ha producido). También ha trascendido una posible escapada a Chefchauen, otro destino predilecto de los turistas españoles.

De lo que no hay duda es de que Sánchez ha pasado ya a la historia de las relaciones hispano-marroquíes. Tras su apoyo personal a la propuesta de Marruecos respecto al Sáhara, el líder socialista –el mismo que no quiso estrenarse como presidente con la tradicional primera visita oficial a Marruecos–, es también el primer jefe del Gobierno en pasar parte de sus vacaciones estivales en el país magrebí.

Y mientras PP y Sumar le afean la «provocación» de haber elegido Marruecos en días turbulentos para la política nacional, la prensa marroquí, desde la más oficialista a la más templada, celebra entusiasta la elección del «hermano» Sánchez, destacando que su exótica y misteriosa escapada es toda una «lección» y un gesto político de «apoyo» a la relación bilateral.