Ejército del Aire
España defiende la actuación del caza español tras el incidente con el avión del ministro ruso
Sin citar a Rusia, Defensa acusa a este país de hacer “propaganda” con lo ocurrido para atacar al Ejército del Aire y a la OTAN
Sin citar a Rusia, Defensa acusa a este país de hacer “propaganda” con lo ocurrido en el Báltico para atacar al Ejército del Aire y a la OTAN.
Hasta ahora, el Ministerio de Defensa español no se había pronunciado sobre el incidente del pasado día 13 entre un caza español y otro ruso que escoltaba al avión del ministro de Defensa de Rusia sobre el Báltico. Prefirieron no valorar la temeraria maniobra de un Su-27 ruso que “empujó” y apartó al F-18 español, un “choque” que fue grabado y distribuido por Moscú para denunciar que una aeronave de la OTAN había intentado acercarse a su avión sobre aguas “neutrales”. El Departamento de Margarita Robles se limitó, al tratarse de una misión de la OTAN, a remitirse a las declaraciones que pudiera realizar la Alianza Atlántica al respecto.
Pero esta mañana, durante una videoconferencia con las tropas desplegadas en el exterior, la titular de Defensa se ha pronunciado al respecto y, sin nombrar a Rusia, ha cargado contra la “propaganda” con la que este país quiere “criticar al actuación de la OTAN y de España”. “Frente a lo que dice la publicidad de algunos países, tanto la Alianza como el Ejército del Aire cumplen con la legalidad internacional y el protocolo de la OTAN”, ha dicho durante su charla con el teniente coronel Alberto Valero, jefe del Destacamento español “Vilkas”, que desde Lituania forma parte de la Policía Aérea del Báltico. A él y a su equipo les trasladó su felicitación por realizar “un trabajo muy serio”
Valero dirige a un equipo de unos 140 efectivos y cinco F-18 del Ala 12 que controlan el espacio aéreo de los países bálticos, los cuales carecen de capacidad de defensa aérea. En el momento en que en los radares aliados aparece una aeronave sin identificar, los cazas españoles despegan para interceptarla e identificarla. Es lo que pasó el 13 de agosto, cuando tres aviones sobrevolaban el Báltico, de los cuales dos viajaban sin plan de vuelo ni transpondedores. Inmediatamente, los aviones españoles despegaron desde la localidad de Siauliai y se encontraron con una aeronave (en la que viajaba el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú), y dos cazas que la escoltaban. Uno de los F-18 españoles se colocó a una distancia prudencial para identificarla, según los protocolos y en un momento dado, un caza ruso realizó una temeraria maniobra para apartar al avión español. Según la OTAN, los dos Su-27 volaban sin identificar y uno de ellos realizó una maniobra “no segura”.
Esta situación de interceptación de aeronaves “fantasma” la han vivido los pilotos españoles en 21 ocasiones desde que el Destacamento llegó a Lituania el pasado abril, tal y como ha confirmado el teniente coronel Valero. Desde el inicio de su despliegue suman ya más de 650 horas de vuelo, en las que han realizado tanto esas 21 salidas de emergencia reales como otras de entrenamiento.
Los vuelos de aviones rusos sobre el Báltico (entre Moscú y Kaliningrado) son habituales y en la gran mayoría de las veces van sin identificar. Lo hacen en una especie de muestra de fuerza y en ocasiones para controlar los tiempos de reacción de los cazas aliados.
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