España pacta con tres socios europeos el reconocimiento de Palestina como Estado "cuando sea adecuado"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha consensuado con los gobiernos de Irlanda, Eslovenia y Malta dar reconocimiento oficial a Palestina como Estado en cuanto consideren que se dan "las circunstancias para ello" y pueda contribuir al fin del conflicto en la Franja de Gaza.

Así lo han anunciado en un comunicado conjunto los cuatro socios europeos con el que han querido fijar su "disposición" de darle un reconocimiento como Estado al territorio palestino que hoy vive una guerra que enfrenta al grupo terrorista Hamás y la frágil Autoridad Palestina con Israel.

"Hemos dicho que lo haremos cuando pueda suponer una contribución positiva y se den las circunstancias adecuadas", se puntualiza claramente en el documento que informa del pacto entre el primer ministro esloveno, Robert Golob; el maltés, Robert Abele; el irlandés, Leo Varadkar, que está de salida tras anunciar su dimisión esta misma semana, y el presidente Sánchez.

No se fijan como parte del pacto ningún tipo de previsión de fechas o posibles plazos para que se produzca un reconocimiento diplomático sobre el que admiten que deberán ejecutar "calibrando bien". La "valoración política" de que el territorio palestino es en sí un Estado independiente a Israel ya está hecha, aclaró el mandatario español, solo queda "decidir el momento" en que hacer la declaración.

Atendiendo, detalló, a si contribuye en ese momento "al fin de la violencia y a una paz duradera" basada en el reconocimiento mutuo entre el bloque de países árabes y el Occidental. El primero dar consideración oficial a la existencia de Israel y el otro aceptar la de Palestina.

El presidente Sánchez se ha apoyado en el hecho de que más de 130 países de todo el mundo ya reconocen el Estado palestino, con lo que, ha dicho, es una posibilidad a la que se debe sumar Occidente y, especialmente, la Unión Europea.

Ocho países de los Veintisiete ya reconocen formalmente a Palestina como un Estado soberano e independiente. En 1988 Bulgaria, Chipre, República Checa, Hungría y Polonia, Rumanía y Eslovaquia dieron el paso -la mayoría por ser antiguos miembros de la URSS-, y Suecia hizo lo propio en 2014 sin que ningún otro país le siguiera y en el marco de una de las principales medidas políticas a las que se habían comprometido a sacar adelante los socialdemócratas si gobernaban.