Política

ETA

ETA pide a sus militantes que se «sumerjan» en Bildu y Sortu

Emite un comunicado en el que anuncia que se mantiene como el «agente» que tiene que negociar con los gobiernos de Madrid y París el final del «conflicto»

Los «conflictólogos» Jonatham Powell y Mc Guinness durante su reciente visita al País Vasco
Los «conflictólogos» Jonatham Powell y Mc Guinness durante su reciente visita al País Vascolarazon

Uno de los asuntos más importantes del comunicado que ETA hizo público ayer en el diario «Gara», mil días después de que anunciara el fin definitivo de sus actividades, es aquel en el que anima a sus militantes a que entren en la estructura organizativa de la llamada Izquierda Abertzale, de la que forman parte los partidos legalizados Bildu, Amaiur y Sortu, según expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN. De esta manera, la banda admite su vinculación con dichas formaciones.

«Más eficaces»

En efecto, en el citado comunicado los pistoleros señalan que «en la fase política en la que nos encontramos son el resto de organizaciones de la izquierda abertzale y el movimiento popular los sujetos más eficaces para sacar adelante el proceso de liberación. Ellos tienen la capacidad y responsabilidad para responder a los problemas concretos y presentar propuestas. A las organizaciones de la Izquierda Abertzale y a sus militantes les corresponde, por tanto, la responsabilidad de asumir el liderazgo y dirigir ese proceso en esta fase». Las mencionadas fuentes subrayan que la banda mete en el mismo saco a la propia facción terrorista y a los grupos de su entramado al hablar del «resto de organizaciones».

Por si había alguna duda, ETA dice más delante que «todas las fuerzas son necesarias para que llegue a la libertad de Euskal Herria. Por eso, queremos hacer el llamamiento a todos los que durante estos años han apoyado a ETA e impulsado su actividad, a que pongan su esfuerzo y compromiso para la consecución de los nuevos desafíos del Movimiento de Liberación, como ha ocurrido hasta ahora, organizándose en la izquierda abertzale y para eso, sumergiéndose (sic) en las distintas dinámicas y luchas».

De hecho, en el comunicado vuelve a atribuirse el papel de agente negociador con los gobiernos de España y Francia. Las condiciones son conocidas: la vuelta a casa de todos los presos y huidos/refugiados vascos a casa, incluidos los miembros de ETA que hoy en día están en la clandestinidad, con la consiguiente impunidad, ya que no se les podría juzgar por los crímenes que tienen pendientes; y la desmilitarización del País Vasco, que no es otra acosa que la expulsión de estos territorios de las Fuerzas de Seguridad y Fuerzas Armadas. A cambio, los terroristas ofrecen un desarme «pactado y ordenado». Dicho en menos palabras: paz por presos.

Los etarras explican lo que sería el nuevo «organigrama» de la banda: disolución de las estructuras logísticas y operativas que provienen de la práctica de lucha armada; creación de una estructura técnico-logística que tendrá como tarea llevar a cabo el sellado de los arsenales; otra, de carácter político, que tenga como función encauzar las conversaciones entre partes diferentes a fin de avanzar en el proceso de paz y poner fin al conflicto. Es decir; ETA no renuncia a unas conversaciones de tú a tú con los Gobiernos de Madrid y París.

Como ETA no se va a disolver, ni a entregar las armas, anuncia que va a mantener las estructuras necesarias para garantizar que su «proceso interno» continúe y sus militantes puedan participar.

Detención de dirigentes

Lo que no dicen explícitamente los pistoleros, y hay que leer entre líneas, es que entre esas estructuras están las destinadas al control de los presos, que quedaron desmanteladas tras la operación de la Guardia Civil contra el «sub aparato» H- Alboka, con la detención de sus dirigentes.

Los expertos consultados insisten en que las conclusiones que se pueden sacar de este comunicado es que ETA va a seguir su actividad como un «agente político» con capacidad para negociar con los gobiernos. Aunque anuncie que «a las organizaciones de la Izquierda Abertzale y a todos sus militantes corresponde, por tanto, la responsabilidad de asumir el liderazgo y de guiar el proceso de liberación en esta fase». Se reserva, eso sí, ofrecer su «punto de vista y hacer aportaciones ante los desafíos que el movimiento de liberación tiene ante sí, sin representar a nadie y sin apropiarse de tareas que no le corresponden». Claro está que será siempre ETA la que decida lo que le corresponde o no. Un brindis al sol para regalar los oídos de algunos dirigentes de la Izquierda Abertzale que andan muy preocupados en los últimos tiempos al comprobar que los de la pistola no les hacen el más mínimo caso.