Víctimas del Terrorismo
ETA prepara a sus bases para que asuman que puede volver a atentar
Los terroristas han pasado a la fase de las amenazas directas ante la falta de avances del «proceso»
El último comunicado de ETA, hecho público el pasado 25 de noviembre, tiene como finalidad, entre otros objetivos, la de ir «socializando» entre los militantes de la banda y las organizaciones de su entramado que, ante la falta de resultados del «proceso», sería necesario, en un momento dado, volver a cometer uno o varios atentados, como acto de fuerza y presión contra los gobiernos de España y Francia. Según informes de la lucha antiterrorista a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, el comunicado supone un incremento claro del nivel de amenaza. La banda, según expertos consultados, no hace estas cosas de cara a la galería, sino que responden a una voluntad real de amedrentar al «enemigo» y anunciar lo que puede ocurrir.
Los cabecillas de ETA, según se puso de manifiesto en el documento al que dieron lectura los representantes de los presos Mikel Albisu, «Mikel Antza»; y Soledad Iparraguirre, «Anboto», en el Tribunal de París que les condenó a 20 años de cárcel, han interiorizado que no van a lograr «por las buenas» que los ejecutivos de Madrid y París se sienten a negociar. Además, comprueban, día a día, que persiste la acción policial para detener a los pistoleros reclamados por la Justicia. A ello hay que añadir que se mantiene la misma política penitenciaria.
Hay un dato importante que ha sido tenido en cuenta. En el comunicado del 20 de octubre del año pasado, en el que ETA anunciaba el «cese definitivo de su actividad armada», los pistoleros dejaron una puerta abierta para poder volver a las actividades terroristas si el «proceso», como ha ocurrido tras la victoria del Partido Popular en las elecciones generales, no seguía el plan que habían trazado con nacionalistas y socialistas. En el texto, se hacía un llamamiento a los gobierno de España y Francia a abrir un «proceso de diálogo» para la resolución de «las consecuencias del conflicto» y, «así, la superación de la confrontación armada». Es decir, esa «confrontación armada» permanecía y permanece viva y, desde la óptica de los etarras, puede ser activada en cualquier momento.
El comunicado del pasado 25 tiene también como finalidad, según las citadas fuentes, intentar movilizar a la opinión pública internacional, con el falso argumento de que los culpables de que el «conflicto» no se termine para siempre son los gobiernos de Madrid y París. Los terroristas, si se analizan sus últimos movimientos, no confían demasiado en esta vía de presión, ya que sus mediadores-verificadores han quedado completamente desacreditados al comprobarse que actúan a favor de una parte, en este caso ETA.
Con la «confrontación armada» vigente desde el minuto cero del anuncio de «cese definitivo», lo cual no deja de ser una trampa más de las muchas que ha utilizado la banda para tratar de conseguir sus fines por la vía de la negociación, los cabecillas han dado una vuelta de tuerca y, a diferencia de otros «procesos», en los que decían, como advertencia, que estaban en una fase de «pudrimiento», ahora utilizan unos términos más directos como son la «involución», y «la prolongación del conflicto y del sufrimiento».
El comunicado, en este punto, es la segunda parte de una amenaza. La primera la lanzaron «Mikel Antza» y «Anboto» en París, cuando, de manera expresa, dejaron claro que así no podían continuar las cosas. Los expertos consultados advierten de que estamos ante un cambio de actitud de ETA, que no se puede resolver de un plumazo con la teoría de que, si hay atentados, no van a a ser inmediatos; y que si se produce una escisión, tampoco va a ser mañana. Hay que trabajar a medio plazo, porque la amenaza es real y, según queda demostrado en la siniestra historia de la banda, los pistoleros, cuando hablan así, pueden tener tomadas algunas decisiones. Los que se empeñan en ver el vaso medio lleno se agarran a que ETA, al plantear sus exigencias de liberación de los presos (y la impunidad de los clandestinos) y la expulsión de las Fuerzas de Seguridad, habla de «fórmulas y plazos». Las expertos señalan que la banda se refiere a una serie de fechas que habrían hecho llegar, por vías discretas, a los gobiernos de Madrid y París.
✕
Accede a tu cuenta para comentar