Crisis del PSOE
Europeas: la línea roja del PSOE
La moral socialista no atraviesa por su mejor momento. La encuesta del CIS ha sido un nuevo mazazo. Ante un Gobierno desgastado que sufre un fuerte castigo ciudadano, el PSOE es incapaz de revelarse como la alternativa. No sólo no recupera posiciones, sino que sigue perdiendo fuelle. En la encuesta del CIS, solamente dos datos para hacer bueno aquello de «quien no se conforma es porque no quiere». En intención directa de voto, el PSOE –13,7%– gana al PP –12,5– y Rubalcaba supera a Rajoy con 3 puntos en valoración por los 2,44 del presidente del Gobierno. Los dos, sin embargo, suspenden igual que todos los políticos.
A pesar de los esfuerzos de la Ejecutiva federal socialista, el debate sucesorio sigue abierto en las filas socialistas con la vista puesta en las elecciones municipales y autonómicas que tendrán lugar en mayo de 2015. Antes vendrán las europeas. La dirección socialista es consciente de que se tienen que hacer cambios, pero quiere marcar sus tiempos. Rubalcaba apuesta por hacer los movimientos necesarios después de los comicios europeos «para no hipotecar al nuevo secretario general». Sin embargo, otros dirigentes socialistas difieren. «En las europeas, el PSOE puede quedar relegado al tercer puesto. Una derrota en Europa será el preludio de una derrota en las municipales y autonómicas. Un nuevo secretario general no podrá superar este lastre. Los movimientos, antes».
«Propuestas quemadas»
El calendario, por tanto, se ha convertido en el eje del debate en el seno del PSOE. «Rubalcaba no lo está haciendo mal. Al contrario, sus propuestas tienen sentido. El problema es que una propuesta presentada por Rubalcaba es una propuesta quemada. Su ausencia de credibilidad es una losa para la marca PSOE. Además, las propuestas quemadas de hoy se quedarán quemadas para el futuro secretario general», afirma un dirigente socialista que lo apoyó en el congreso de Sevilla. Otros van más allá. «Una derrota en las europeas que nos relegue al tercer puesto puede ser letal para las listas de las municipales. Gentes de izquierdas pueden verse atraídas más por la segunda fuerza que por la tercera. El cambio, antes de las europeas», afirma convencido. Y otros apuntan otro dato: «Un nuevo secretario general podrá hacer una lista para Europa con gente joven y con ganas, la única manera de presentar nuestra renovación a la sociedad. Esto con Rubalcaba es un imposible».
Éste es el ambiente que ayer tarde se respiraba en el mundo socialista. La crisis económica preocupa, y mucho, pero preocupa más que el partido esté como «convidado de piedra en el debate social y político». Los sectores más críticos están que trinan. «No se irá ni con agua hirviendo», reprochan a un Rubalcaba que sigue impertérrito su hoja de ruta. El silencio de Andalucía le ayuda. «Un silencio que viene dado por la ausencia de un candidato», afirman algunas fuentes conocedoras de las dudas de Griñán.
Con este escenario, los movimientos se suceden. Chacón sigue estando en las quinielas. Patxi López y Eduardo Madina se dejan querer. García Page se insinúa y deja caer, en una entrevista en el programa «Espejo Público», que Rubalcaba no se presentará a las primarias. Felipe González también dice la suya. Se suma a los vientos de cambio, con el estilo Felipe, situándose por encima del bien y del mal. Hasta Beatriz Talegón se ve con ganas de presentarse a unas primarias. «Estamos fatal. Estamos a nivel de Talegón. Es como una broma de mal gusto. Ser candidato es algo más que salir en los medios de comunicación», afirma un dirigente socialista profundamente preocupado. No es el único. Nadie duda de la necesidad de hacer cambios. La pregunta es cuándo. ¿Antes o después de las europeas? «Antes, sin duda», contesta. «La clave son las europeas».
Los dirigentes, al mal tiempo buena cara
Pese a que los resultados de la última encuesta del CIS dejan malparadas las opciones del PSOE como alternativa de gobierno, la dirección del PSOE parece ajena a esos datos nada halagüeños. En un acto ayer en Mérida, el secretario de Organización, Óscar López, no dijo una palabra sobre la marejada interna que sacude a su partido ni sobre unas posibles primarias para elegir al sustituto de un cada vez más cuestionado Rubalcaba. Prefirió centrar sus críticas en el Ejecutivo de Mariano Rajoy, a quien reprochó que gobierne «solo y contra todos» (frente a sindicatos, autonomías y ayuntamientos, dijo) y al que acusó de llevar a cabo una «gran contrarreforma contra todo lo conquistado en 30 años».
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