Jorge Vilches

El éxito de los de Puigdemont

El objetivo de los de Puigdemont será mostrar que ERC es irrelevante y que su política es inútil para conseguir la independencia

Un niño observa la intervención telemática de Puigdemont en el mitin central del partido JxCAT, a 16 de julio de 2023, en en Amer, Girona, Catalunya (España). Junts per Catalunya ha elegido la ciudad natal del expresidente de la Generalitat y de la formación Puigdemont para celebrar el principal acto de campaña de cara a las elecciones generales del 23 de julio. 16 JULIO 2023;MITIN;JUNTS;ELECCIONES;CAMPAÑA ELECTORAL;CATALUÑA;GERONA;BANDERA;SEÑERA; Glòria Sánchez / Europa Press 16/07/2023
Los de Puigdemont quieren recobrar el protagonismo soberanista frente a una ERC en horas bajas Ep

PP y PSOE se empeñan en negociar con Junts la elección del presidente del Congreso de los Diputados y la composición de la Mesa. El primero dice que nunca se saldrá de la Constitución, y el partido sanchista que hará lo que sea necesario para conseguir el voto de los independentistas. En la oferta socialista se incluye hablar de la amnistía y algún tipo de referéndum. A priori, y tal y como está el mercado, el saldo sanchista es más atractivo. Ahora bien, el partido de Carles Puigdemont se mueve en otros parámetros. Cualquier cálculo que pase por apelar a la idealizada Convergencia y Unión es erróneo. 2017 no pasó en balde.

Junts solo se mueve por sus intereses en Cataluña. Por tanto, su política va enfocada a volver al poder en su región, lo que pasa por hundir a ERC. El resto es secundario. Es decir, da igual si el PP ganó el pasado 23J o si fue el PSOE. Su único objetivo es mostrar que Esquerra es un partido al servicio de Madrid, de un Pedro Sánchez que apoyó el 155 en el año 2017 y que «hurtó» la Alcaldía de Barcelona a Trías en junio pasado.

El éxito de Junts será mostrar que ERC es irrelevante, que está domesticado, y que su política es inútil para conseguir la independencia de Cataluña. Cuando Sánchez dijo que España estaba «pacificada», hundió a ERC y enardeció a Junts. El relato de la gente de Puigdemont pasa por mostrar a ERC por un partido servil, útil a la estabilidad española, colaboracionista incluso, frente al verdadero nacionalismo, volcado en aumentar el caos en la gobernabilidad.

Esto requiere ampliar la sima entre los dos grandes partidos españoles, alimentar el enconamiento y utilizar las normas para bloquear las instituciones. Junts es capaz de pactar con el PP la Presidencia del Congreso de los Diputados para vengarse del PSOE, humillarlo, y tener a un "sanchismo" más débil en la supuesta negociación de la investidura. Ese pacto con el PP para la elección de la Presidencia y de la Mesa no significa que vayan a votar a Feijóo, pero tampoco a Sánchez. Lo lógico es que su comportamiento vaya encaminado a mostrar la descomposición del sistema político español por obra y gracia de Junts.

Al bloqueo le seguirá la repetición de las elecciones, porque Junts sabe que el PSOE jamás se abstendrá para que gobierne el PP. El más beneficiado en esa repetición en Cataluña será Junts, cuyas expectativas crecerán al dar la imagen de mandar en Madrid y de haber llevado a ERC a la irrelevancia. El «sanchismo» ha contribuido al éxito del relato de la insignificancia de Esquerra. Desde la noche del 23J, el PSOE dio por sentado el voto favorable de los diputados de ERC a Sánchez, sin negociar nada, como si fuera un apéndice del PSC. Y ocurrió justo cuando los de Esquerra, tras dejarse 300.000 votos en las municipales de mayo, habían perdido 5 diputados y 412.000 votos en julio, y los tres partidos independentistas, ERC, Junts y CUP, bajaron 920.000 votos respecto a 2019.

Todo lo que hace y dice Junts hay que leerlo en clave de campaña electoral catalana para quitar la Generalitat a Esquerra. Así, las exigencias de un «Brexit catalán», de amnistía y autodeterminación son para recobrar el protagonismo soberanista frente a una ERC en horas bajas. En esa recomposición del mapa catalán Junts necesita hacerse valer en Cataluña, confirmar su nueva plaza de primer partido nacionalista en esa autonomía.

En todo esto, al PP le debe importar la imagen que quede en su electorado si pacta con Junts la Presidencia del Congreso a cambio de un puesto en la Mesa, y luego hay repetición electoral. No será fácil explicar a los votantes del PP que pactar con ERC está mal pero bien con Junts. Desarraigar el «sanchismo» repitiendo las prácticas sanchistas es una maniobra muy arriesgada y de éxito muy corto.