Derecha
FAES señala la "corrupción" de Vox como "saboteador" de la alternativa a Sánchez
La fundación del expresidente Aznar responsabiliza a los de Abascal de "retroalimentar" al PSOE y de ser el problema para evitar un Estado plurinacional
FAES se ha pronunciado formalmente por primera vez sobre el papel de Vox como la formación alternativa en la derecha en plena campaña de las europeas del próximo 9J para advertir a la base social de esta parte del arco ideológico de que "contribuyen a sabotear" el lograr una mayoría alternativa que permita arrebatar a Pedro Sánchez el poder.
También en el terreno más puramente electoral. La fundación del expresidente del Gobierno José María Aznar ha defendido en un análisis que el voto a Vox "retroalimenta" al PSOE y solo con un PP "muy fuerte" se podría evitar "una mutación constitucional" hacia formas de Estado basadas en la "plurinacionalidad".
Bajo la óptica de FAES, Abascal y los suyos ponen obstáculos para formar una mayoría en los parlamentos, mientras públicamente muestran que quieren "ser parte" de ella. La prueba está, se explica, en que acuden a comicios como los últimos gallegos y catalanes con la perspectiva de lograr la mínima o nula representación y acaban por "precarizar" los resultados de los populares.
En un análisis de título explícito, Vox y la corrupción del conversadurismo, se señala que el "modelo populista" y su moderado "rendimiento" en las citas electorales son la principales razones que aleja las mayorías sociales y se les acusa de poner por delante los intereses particulares de calle Bambú al general y el del propio país.
También, a nivel de la radiografía politológica, se recoge cómo tiene por referentes a la "pasarela populista" que representan en Europa desde el ministro italiano y líder de la Liga Norte Matteo Salvini, la dirigente ultraderechista francesa Marine Le Pen o el primer ministro húngaro Viktor Orban, o, más allá del charco, Donald Trump, al que critican por el cariz "sedicioso" que tomó su legado político con el asalto al Capitolio.
"Suele juntarse (Vox) con parejas de baile incompatibles con el interés nacional español", y se cita como ejemplo de ello, que el candidato republicano estadounidense haya defendido el derecho de Rusia a atacar a un aliado de la OTAN si lo considera, o el papel de Salvini como "viejo amigo del secesionismo catalán" como partidario de la autodeterminación regional y sus muestras de apoyo al independentismo.
Han sido numerosas en los últimos dos años en los que el fundador y presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales se ha mostrado contrario a tejer alianzas gubernamentales —si son evitables— con Vox, un partido al que ha comparado precisamente con la Reagrupación Nacional de Le Pen o le ha afeado que quieran ocupar responsabilidades en Ejecutivos autonómicos, mientras defienden acabar con las comunidades.
"De ejercicio de populismo" a "más que resolver problemas los agudiza" son algunas de las declaraciones que ha dedicado Aznar a una propuesta política que nació precisamente de los sectores más radicales del PP en el que él aglutinaba a toda la derecha, que ahora se presenta dividida y con claras diferencias en su propuesta política.
La respuesta de Vox siempre ha pasado por aludir a la "derechita cobarde" como apelativo crítico contra Génova y a caricaturizar que sea un referente para el PP hasta el punto de que el candidato a las europeas, Jorge Buxadé, le llamó "papá Aznar".
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