23-J

Feijóo arma unas listas plurales, con guiños al centro y a Vox

Bendodo y Tellado volverán a ser los ejes centrales del diseño de la estrategia de las generales

Núñez Feijóo, en el Comité Ejecutivo Nacional del PP después de las elecciones del 28-M
Núñez Feijóo, en el Comité Ejecutivo Nacional del PP después de las elecciones del 28-MGonzalo Perez

El adelanto electoral rompe los planes de «fichajes» en los que trabajaban en la dirección popular para las listas de las generales al acortarse tanto los tiempos. La única ventaja, se escucha decir en Génova, es que el trabajo base, el que afecta al diseño del núcleo duro con el que Alberto Núñez Feijóo quiere hacerse acompañar en su candidatura, «sí está ya hecho». Lleva meses trabajando en ello el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, que se ha encargado durante estos meses de atrás de hacer una una radiografía pormenorizada del quién es quién en las estructuras territoriales, con foto y ficha técnica, para ponerla encima de la mesa del líder del partido.

En la dirección adelantan que Feijóo respetará también en este tema la capacidad de decisión de los partidos regionales, salvo en la veintena de «peones» en el Congreso y en el Senado «suyos», sobre los que sostendrá la dirección parlamentaria y la primera línea de su grupo en las dos Cámaras. En la decisión sobre los nombres de esta «unidad de combate» para la primera línea influyen, y mucho, los informes que ha elaborado Tellado, a quien en el PP llaman el «Feijóo bis».

En el PP reconocen que en el éxito de las elecciones del 28-M han sido decisivos el coordinador general, Elías Bendodo, y Tellado. Al repartirse competencias, que en otros tiempos ejercía un mismo cargo, se ha querido buscar enfrentamiento entre los dos, por supuesto duelo de egos, que, sin embargo, la realidad interna desmiente. Quizás en buena parte gracias a que Bendodo ha actuado con pragmatismo y ha encajado en su sitio, respetando el canal de extrema confianza que une a Feijóo y a Tellado, a quien se trajo a Madrid con él desde Galicia.

Cada uno ha encontrado su espacio hasta el punto de que quienes han estado en el día a día viendo la ejecución de la campaña autonómica y municipal coinciden en el análisis de que son las dos mejores opciones que tiene Feijóo para llevar la campaña de las generales. A los dos se les reconoce su experiencia, y su capacidad de acierto

En cuanto a la renovación por arriba que hará Feijóo en las listas, para dar un impulso a su candidatura, no implica hacer sangre con los grupos parlamentarios que dejó en herencia Pablo Casado. La ventaja es que los grupos del Congreso y del Senado crecerán porque mejorarán notablemente los resultados, según anuncian todas las encuestas, y esto permitirá al líder popular sumar nuevos perfiles «sin dejar tirado a nadie», como puntualizan en su equipo. Bien porque se mantengan en las listas bien porque se recoloquen en las administraciones de los nuevos gobiernos autonómicos que pasaran a la órbita popular.

Las listas recogerán, además, la pluralidad que ha convertido en lema la cúpula popular para afrontar estas próximas elecciones. Y esto significa mirar hacia el centro, hacia perfiles técnicos, pero también hacia sensibilidades más a la derecha como la que representa Cayetana Álvarez de Toledo. Cuando arrancó el mandato de Feijóo en la Presidencia del partido, en su entorno se dio por terminada la etapa de Álvarez de Toledo en la bancada popular, y esta tesis se ha mantenido viva hasta hoy entre miembros del comité de dirección que defienden que no repita. Sin embargo, el «olfato» de quien está más próximo al líder popular se inclina hoy más por apostar por la opción de que Feijóo le ofrecerá seguir en el Congreso. Como también mantendrá a los hoy diputados más cercanos a las posiciones de Vox, e incluso puede que incorpore otros nombres, como el de la ex presidenta del PP valenciano Isabel Bonig. En las filas populares explican que las listas deben ser un espejo de la transversalidad del Gobierno que se compromete Feijóo a constituir si consigue la mayoría para gobernar en solitario.

Fuera de las candidaturas se quedarán personas que están muy próximas al líder popular, como Pablo Isla, expresidente del grupo textil Inditex, y que en ningún caso se implicará en política en periodo electoral, pero a quien el PP coloca, puede que más por deseo que por posibilidades ciertas de acertar, en la cantera de fichajes estelares que Feijóo debería hacer de cara a la formación de un gobierno. Cuando el político gallego ha tenido ya en el pasado que formar gobiernos, en sus mandatos al frente de la Presidencia de la Xunta, si hay una seña que le ha identificado siempre ha sido la del perfil preeminentemente técnico de sus elegidos. El economista Luis Garicano, que se ha incorporado a la nueva fundación del PP, tendrá también su «premio» si el PP llega a Moncloa. El fichaje de Garicano ha servido a Feijóo en campaña para mandar otro mensaje al electorado de los naranjas, y captar más voto útil, pero ese paso adelante, en perfiles de este nivel, solo se produce si hay un compromiso de mejora en «prestigio o en pasta», aclaran en el partido. Podría ser ministro o asumir elevadas responsabilidades ejecutivas en algún alto organismo.

La campaña en la que ya trabajan en Génova dejará un tiempo para respirar a la ciudadanía, cansada del ruido mitinero, y se ajustará a un tono presidencialista, más como presidente que como jefe de la oposición. No entrará, además, en el tono bronco en el que se han sumergido ya Sánchez y su equipo. La demoscopia les dice que esa ofensiva de los socialistas, bien manejada, puede reforzar la imagen presidencial de Feijóo.